Benedicto XVI instó a la castidad para frenar la propagación del sida en Africa

El Papa dijo que la Iglesia Católica lidera la lucha contra la enfermedad y criticó el uso de condones

Benedicto XVI instó ayer a los obispos africanos a continuar la lucha contra el sida, reiterándoles que la abstinencia es la única manera "segura" de impedir el contagio del virus. El Papa se reunió con los obispos de Sudáfrica, Botsuana, Suazilandia, Namibia y Lesoto, que realizan su visita periódica al Vaticano.

"Causa enorme preocupación que la estructura misma de la vida africana, su fuente básica de esperanza y estabilidad, se vea amenazada por el divorcio, el aborto, la prostitución, el tráfico humano y la mentalidad del anticonceptivo, todo lo cual contribuye a la ruptura de la moralidad sexual", dijo Benedicto.

El Papa agregó que comparte la preocupación de los obispos sobre los estragos que ha causado el sida y que reza por "todos aquellos cuyas vidas han sido destruidas por esta cruel epidemia".

En el continente africano habita más del 60 por ciento de las 40 millones de personas que padecen del virus HIV. En marzo, un estudio de las Naciones Unidas pronosticó que más de 80 millones de africanos morirían de sida para 2025 y que el mal sería contagiado a unos 90 millones de personas, más del 10 por ciento de la población de la región, si no se realizan más esfuerzos para ampliar los programas de prevención y ofrecer un mayor acceso a la medicina que pueda controlar el virus.

Sudáfrica tiene el mayor número de personas contagiadas del virus HIV en el mundo, y se calcula que de 600 a 1.000 personas mueren de sida cada día.

"Les insto a continuar sus esfuerzos para combatir el virus que no sólo mata sino que amenaza gravemente la estabilidad económica y social del continente", destacó Benedicto.

La oposición del Vaticano al uso de preservativos ha sido criticado por quienes consideran su utilidad en el combate del virus HIV. Sin embargo, varios prelados han insinuado que el uso de condones, pese a evitar posibles muertes, podría ser el menor de los males.

El Papa aseguró que "la Iglesia Católica siempre ha estado a la vanguardia tanto de la prevención como el tratamiento de esta enfermedad" y agregó que "la enseñanza tradicional de la Iglesia ha probado ser la única vía segura para impedir el contagio de la enfermedad".

Por esa razón, agregó, la fidelidad en el matrimonio "y la seguridad que da la castidad" siempre deben estar presentes en los fieles, especialmente los jóvenes.

El Pontífice también recomendó a los obispos que se aseguren que los sacerdotes respetan el celibato. En años recientes se han hecho exhortaciones para el Vaticano aborde la escasez de sacerdotes mediante la moderación del requisito del celibato. (AP)