Argentina y Chile quieren traer gas de Perú

Kirchner y Lagos analizaron la viabilidad de la construcción de un nuevo gasoducto en territorio trasandino

Los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner, y de Chile, Ricardo Lagos, analizaron ayer junto a sus funcionarios del área energética la viabilidad de un proyecto de integración gasífera a partir del aprovechamiento de los recursos del yacimiento peruano de Camisea.

Para analizar esta alternativa, que cobra aún mucho más fuerza a raíz de las postergaciones que está teniendo la ejecución del gasoducto del Noroeste por la crisis política de Bolivia, el próximo lunes se reunirán en Perú funcionarios del área energética de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay y Perú.

Los mandatarios de Argentina y Chile compartieron ayer un almuerzo en refugio Tehuelche, ubicado del lado chileno, luego de inaugurar obras de pavimentación en una localidad cercana a Río Gallegos.

La reunión marcó el clima de distensión entre los países luego de las dificultades que atravesaron debido a la limitación de exportación de gas argentino a Chile, por las necesidades locales. Durante el encuentro y en sus discursos formales, ambos mandatarios hicieron referencia a la decisión política compartida de procurar el mejor aprovechamiento de recursos energéticos a nivel regional en favor del desarrollo económico y social del Cono Sur.

Según fuentes gubernamentales, el proyecto en análisis comprende la construcción de un gasoducto desde Camisea hasta Tocotilla, en el norte de Chile, para el abastecimiento de gas natural al país trasandino que hoy sólo cuenta con ese recurso exportado por Argentina.

Se trata de un ducto de 1.200 kilómetros hasta el norte chileno cuyo costo está siendo estimado y podría ser financiado con recursos de las AFJP de Perú.

La viabilidad del gasoducto, según se aclaró, dependerá de la disposición de las autoridades del gobierno peruano, habida cuenta que el Ministerio de Energía y Minas del país sudamericano planteó que la prioridad es la exportación a México y Estados Unidos. También dependerá del precio que Perú pretenda por el recurso gasífero. El repago del ducto correría por cuenta de cada país comprador que pagaría en el mismo acto por el gas que se demande más un cargo de transporte.

Camisea produce actualmente alrededor de 14 millones de metros cúbicos diarios pero las necesidades gasíferas de Chile, Argentina, Brasil, y Uruguay sería de al menos 30 millones, lo que implica que los productores de Camisea inviertan en mayor producción. Este proyecto interesaría a la Argentina, Brasil y Uruguay como alternativa a la importación de gas desde Bolivia, actualmente sumida en una crisis política en la que precisamente la política de hidrocarburos futura resulta clave.

El gas peruano ingresaría a la Argentina por los gasoductos Norandino y Atacama, construidos para la exportación de gas argentino a Chile durante la década del 90, para lo cual deberían ser técnicamente modificados. El ingreso del gas peruano a la frontera argentino-chilena haría viable entonces la construcción del gasoducto del Nordeste por el que se suministraría el fluido a 7 provincias de esa región argentina y de allí a Brasil y Uruguay.

La viabilidad técnica y económica será analizada el próximo lunes en Lima durante una reunión de los ministros y secretarios de Energía de Perú, Chile, Argentina, Brasil y Uruguay.

Kirchner hizo hincapié en la necesidad de "trabajar por la integración energética tanto a nivel eléctrico como del gas junto a Chile, Perú, Brasil, Uruguay y Dios quiera que pronto también Bolivia".

Lagos y Kirchner firmaron acuerdos pero no se olvidaron del asado.