Contexto determinante

Fernández traza una idea global del caso y pone énfasis en el maltrato físico, verbal y psicológico que vivió la joven jujeña. "En el caso de Romina no hay que tener en cuenta sólo el momento del neonaticidio. Hay que analizar el contexto: una familia de clase media baja, con padres muy grandes y sin un nivel de educación importante; un papá con una tradición muy rígida y que ejercía violencia física sobre los dos hermanos mayores de Romina, que ella vivió con terror y que le provocaba enuresis (incontinencias urinarias) diarias y nocturnas.

Repitió tres veces en la escuela primaria, tuvo una secundaria no tan traumática -aunque su estado emocional siempre le dificultó el aprendizaje-, y vivió una casa donde se no hablaba de sexo ni recibió educación sexual alguna, al extremo de que no pudo hablar con su madre ni siquiera cuando estuvo embarazada.

Hay que ver por qué ella ocultó su embarazo y, además, con un hecho tan traumático como el que narra Romina, que es su violación.

Hoy los adolescentes llegan a su primera relación sexual en muy malas condiciones porque suelen estar alcoholizados y tienen embarazos no deseados por esa inducción al alcohol, al sexo y a las drogas que se pregona desde la televisión, y después les bajamos líneas antiaborto y líneas de moral y ética. Y cuando alguien no cumple con estas normas no analizamos que pasó.

Hay un reconocimiento social de que suceden abusos en las bailantas, pero cuando alguien lo denuncia pasa a ser acusado. Por eso creo que va más allá de lo que le pasó a Romina, hay que tener una mirada más amplia y mucho más social. Aterra la cantidad de adultos que en los tratamientos salta en su historia de vida que fueron abusados cuando eran niños. Y esa violencia la reproducen con sus hijos, así como las madres que no quieren cometer un infanticidio, pero le propinan al chico un excesivo castigo que después termina en la muerte. Y es distinto el caso de Romina, como los anteriores que he tratado.