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domingo,
05 de
junio de
2005 |
El viaje del lector: exotismo de la India
Apasionante y atractivo Oriente, de cuya cultura se habla tanto en estos tiempos. Ya en 1492 partían los navegantes de Europa en busca de piedras preciosas, plantas aromáticas, especias, oro y plata. Es así como descubrieron América.
Emprendí mi viaje desde Buenos Aires rumbo a Africa (Johannesburgo) con nueve horas de vuelo. Un aeropuerto espectacular, donde a pesar de las diferencias idiomáticas fuimos muy bien atendidas y coordinamos nuestro viaje a Bombay en forma inmediata. Allí nos esperaba un agente de viajes que se ocupó de todos los trámites necesarios y nos alojamos para seguir viaje a Nueva Delhi, capital de la república de la India.
Atrajeron nuestra atención los dromedarios, que muy despacio conducían su carga; los taxis pintados de igual color que los nuestros, pero más antiguos; otros de tres ruedas que corrían a gran velocidad y algunos triciclos en los que los conductores se ganan la vida pedaleando todo el día.
Son un millón cien mil personas que circulan por todas partes. Con carreteras angostas es poco menos que milagroso que los autos no atropellen a los animales que cruzan en todas direcciones. Vi a un pavo real atravesar la carretera ileso arrastrando su cola majestuosa.
Los hindúes tienen cutis trigueño, ojos grandes y oscuros. Son regularmente altos, delgados y tienen un andar elegante. Las mujeres visten sari (ropa larga que cubre la cabeza) y los hombres, iguales que en Occidente. La postura erguida que mantienen parece tener alguna relación con la costumbre de llevar cántaros o fardos sobre la cabeza. El servicio de alojamiento está en manos de hombres y las mujeres no trabajan en hoteles.
Manifiestan un gran respeto por los animales. La vaca es una animal sagrado y el búfalo, maldito. Abundan los cuervos de negro y brillante plumaje, y se ven tanto en los aeropuertos, como en las playas, la ciudad y el campo.
En los hoteles, la recepción para las damas es marcarles un punto rojo en la frente.
La comida es extremadamente picante y generalmente vegetariana. Comen carne de oveja, chivo o pollo. La carne de cerdo la consume sólo gente de escasos recursos.
La sociedad se divide en castas: las de los sacerdotes, los mandatarios, los comerciantes, los agricultores y los intocables, cada una con subclases. Los intocables fueron siempre una casta "inferior". Pero con la democracia, el primer ministro electo por mayoría es un intocable que lucha por su clase.
Una multitud de vendedores ambulantes ofrecen su mercancía y en la calle abundan las flores, con hermosos arreglos en los puestos.
La tumba de Gandhi, en Nueva Delhi, está ubicada en un parque muy cuidado. Desde allí se puede llegar a Jaipur por vía terrestre, que es una ciudad con muchísimos monumentos, antiguos palacios donde vivieron emperadores y que hoy son museos, verdaderas reliquias arquitectónicas.
En Jaipur es posible hacer un paseo en elefante. Así llegamos a la fuente de Amber, construcciones que tienen hasta mil años de antigüedad, construidas en piedra rosa.
Otra ciudad importante es Agra, una base militar con palacios lujosos. Allí se encuentra el Taj Mahal, de mármol blanco, construido por Shah Jaham en homenaje a su esposa. Su interior cobija las tumbas de ambos. El palacio tiene 51 habitaciones, para las 51 esposas tuvo el emperador. Las ventanas del palacio, de sándalo, permiten ver hacia el exterior, pero impiden que se vea hacia adentro. El Taj Mahal es un museo visitado por miles de turistas por día.
Un vuelo nos transportó a Varanasi, ciudad sagrada sobre el río Ganges, donde se realizan cremaciones. Los muertos son depositados sobre una pira y sus cenizas son tiradas al río. Es un ritual que no se hace a los niños menores de cinco años. En el caso de los adultos, el hijo mayor, rapado y vestido de blanco, es el encargado de prender el fuego. El blanco es señal de luto y el viudo debe vestirlo durante ocho días. Fuera del ritual funerario, dar un paseo por el Ganges, al amanecer, es maravilloso. Varanasi cobija un museo dedicado a Buda que relata toda su vida.
Vecino a la India se encuentra el reino de Nepal. Recorrimos su capital, Katmandú, con una guía que nos mostró las plazas, verdaderos monumentos funerarios. Uno de los más importantes es la Sthupa, dedicado a los cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego; con banderines de seda de diversos colores.
Lily Bailone de Viale
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