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domingo,
05 de
junio de
2005 |
Detectan irregularidades en una cerealera
Walter Gasparetti / La Capital
Cañada de Gómez.- Una inspección realizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia detectó irregularidades en el funcionamiento de una empresa cerealera en el extremo sur de la ciudad, en lo referente al uso de plaguicidas a cielo abierto y la existencia de silos bolsa en una zona cercana al barrio Libertad.
El estudio había sido solicitado por los propios vecinos de la zona sur a las autoridades cañadenses, quienes a su vez requirieron la presencia de técnicos en la materia. El análisis concluyó con una notificación de la repartición oficial a Cereales Santa Lucía para que "contemple las mejoras solicitadas en un plazo menor a los 180 días".
"La carga a camión y la pulverización con plaguicidas de los granos se hace a cielo abierto. Además, el estado de maniobras para camiones presenta un estado regular y la cortina forestal que posee el terreno es insuficiente", manifestaron Susana Sylvester y Juan Barsola en una nota que fue remitida al municipio cañadense.
En ese marco, aconsejaron a la empresa que "realice un traslado paulatino de los silos bolsa a un lote de terreno que poseen los titulares de la firma a unos dos kilómetros del barrio mencionado", y respetar el recorrido de camiones que indique la autoridad municipal, debido a que los pobladores también se quejaban por la circulación de tránsito pesado.
Los funcionarios observaron que la zona de descarga de los cuatro silos de 500 toneladas cada uno, cercanos a las viviendas, "tiene un cerramiento parcial", y respecto a las dos celdas de cemento "se usa un chimango que también es colocado a cielo abierto".
"Entendemos que estábamos en lo cierto cuando reclamábamos por las condiciones en la que trabajaba la planta de silos. Por eso defendíamos la calidad de vida, fundamentalmente por nuestros hijos. Siempre consideramos que era una causa noble", dijo Miguel Torres al acceder al informe provincial.
Los vecinos hicieron protestas e incluso reclamaron ante la Justicia por la instalación de una cerealera en el barrio Libertad. "No queremos que la empresa deje de trabajar, todo lo contrario, pretendemos que se ajuste a las exigencias del medio ambiente", dijo, por su parte, el vecino Gustavo Orellano.
"Ahora el municipio tiene todos los elementos para exigir que se hagan los trabajos que recomienda la provincia, ejercer el control necesario para que el establecimiento cumpla con las medidas de seguridad", añadió Orellano en declaraciones a los medios de prensa.
"La intendenta Stella Clérici quería tener fundamentos técnicos antes de encarar cualquier medida y ahora los tiene. Incluso en relación al tránsito que es un aspecto que también nos preocupa al igual que el uso de productos tóxicos", confió el vecino.
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