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domingo,
05 de
junio de
2005 |
El cazador oculto: "Un repentino
flashback de
los años 80"
Ricardo Luque / Escenario
Flashback. Por un momento el hall del Showcase se transformó en El Elefante Blanco. Agitación, tragos, histeria. Faltan unos pocos minutos para que Sumo salga a escena y, en un rincón, una teenager de pelo cortísimo y ojos claros sonríe lánguidamente mientras baila sola. Nada raro. Ahora ellas siempre bailan solas, pero en los 80 era otra cosa. La niña, que tiene un aire a Isabel Adjani en "Subway", es María Carla Meritano, sí, la hija del aguerrido gremialista docente, que atraviesa el gentío del brazo con Julia Solomonoff. Son amigas desde su más tierna edad y, en la inauguración del complejo, lucen como las adolescentes que fueron en aquellas vertiginosas noches de rock. A su lado, el moñito negro con pintitas blancas que luce Silvio Mario Valli desentona tanto como la camisa amplia, abierta hasta el ombligo, con la que Gustavo Lorenzatti intenta disimular esos kilitos de más que le legó su reciente paternidad. Juntos parecen Chico Novarro y Marty Cosens en el "Tropicana Club". Una antigüedad. Como la barba guevarista de Pichi de Benedictis que, con los años, se le fue tiznando de blanco y le da un aire de Papá Noel en la cola para cobrar la jubilación. "Tratenló bien que esta viejito", ruega con la mirada Gaby Gasparini, su abnegada esposa, cuando ve que su marido cae bajo la picota de los comentarios mordaces de Marcelo Foyatier. El publicista, que cada día se parece más al Pitufo Gruñón, escuchó el silencioso reclamo de la mujer y cambió de blanco. "Te viniste justo para la fiesta", comentó con la boca torcida, como si levantara quiniela en una comisaría, y disparó: "La corbata te hace juego con la alfombra". Su víctima, el bueno de Pedro Sinópoli, hizo oídos sordos a la humorada y siguió, como el hombre de mundo que es, conversando animadamente. A su espalda estaba Guillermo Godfrid, camisa, pantalones y pensamientos negros. Y no es para menos. Había ido acompañado por su mujer, Susana Manzelli, que con falda amplia, melena rubia y tacos altos lucía como Madona en "The Blond Ambition Tour". Sin quererlo se había convertido en el centro de todas las miradas y su hombre, en un lejano segundo plano, se sentía triste y solitario. Como en un tango.
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