|
domingo,
05 de
junio de
2005 |
Los scouts de zona sur, contra la contaminación del Saladillo
Encararon un informe que releva altos índices de contaminación. Hoy protestan en el Día del Medio Ambiente
Una investigación encarada por un grupo Scout, con apoyo de la Universidad Nacional de Rosario y el beneplácito de la Unesco arrojó resultados contundentes respecto a la contaminación del arroyo Saladillo, y confirmó las sospechas del Hospital Centenario de que la gente que vive en esa cuenca sufre problemas epidérmicos por la ingesta de peces y el baño en esas aguas. Con el estudio en la mano, y en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, los jóvenes armarán hoy una movida en Ayacucho y Circunvalación, de 15.30 a 17.30.
Todo comenzó con una nota de La Capital en la que se daba cuenta de que la contaminación de metales en los arroyos Ludueña y Saladillo eran sorprendentes. Esto disparó un trabajo minucioso en el que los técnicos de la UNR confirmaron altos niveles de plomo y mercurio, así como de cobre en algunos trayectos.
Lo curioso es que no fueron los organismos provinciales y municipales los que tomaron el problema, sino un grupo de jóvenes boys scouts de la zona sur. Ellos, que son vecinos del Saladillo, sintieron que deberían hacer algo por el arroyo y decidieron recorrer unos 60 kilómetros de su curso, tomar muestras de agua, hacerlas analizar y llamar la atención de vecinos y autoridades para impedir que la contaminación aumente aún más. Así nació el proyecto "Gota a Gota el Agua se Agota".
En el marco de esta iniciativa, le encomendaron nuevos análisis también al laboratorio de la Facultad de Bioquímica de la UNR, de cuatro muestras que se tomaron a la largo del curso del Saladillo y los valores de contaminantes de plomo fueron mayores que los de publicó este medio, mientras que el resto se mantuvo más o menos igual, en algunos casos alto (ver infografía).
El proyecto del grupo Scout Martín Miguel de Güemes tomó vuelo y fue felicitado por la Unesco, avalado por el Centro de la Juventud de la Municipalidad y declarado de interés por la Legislatura santafesina y el Concejo Municipal.
"Hicimos caminatas de dos días en dos oportunidades y la verdad es que empezamos bastante arriba, casi en el campo, donde desemboca el arroyo La Candelaria. Allí todo es hermoso, pero cuando empezás a llegar a Rosario te deprimís", relató el coordinador del grupo, Claudio Cardinale.
Y no es para menos. Después de disfrutar del verde de los sauces y el aire puro antes de entrar a la ciudad existe un basural a cielo abierto de Villa Gobernador Gálvez que con apenas un poco de viento esparce la basura por la zona y la mayoría cae al arroyo. A partir de allí, cambia el paisaje y la contaminación crece a niveles alarmantes.
Los jóvenes fueron además testigos del mal funcionamiento de los desagües pluviales en el curso bajo del arroyo. "Te das cuenta de que ahí no cae agua de lluvia, Aguas Provinciales tiene que tener una planta de desechos líquidos y no la hay, por el color y el olor te das cuenta de que no se hace ningún tratamiento", aseveró Cardinale.
Pero el voluntario tampoco ignora que existen otras responsabilidades. "Aquí también se suma la falta de controles de los organismos estatales que deben velar por que esto se haga como corresponde", aclaró, antes de recordar con nostalgia la época en funcionaba en las cercanías de Puente Gallego el balneario Los Angeles. "Me llevaba mi papá, había piletas donde entraba y salía el agua del Saladillo, incluso la gente con problemas de piel usaba el barro como terapia. Ahora no sólo todo está en ruinas, sino que el barro es nauseabundo", lamentó.
En ese punto los Scouts se encontraron con otro obstáculo: si bien existen leyes nacionales que determinan parámetros de calidad calidad del agua, no existe ninguna ley que haga lo propio con el fango de las cuencas. "Si queremos ver en qué estado está el barro no tenemos parámetros para determinar si está o no contaminado. Tenemos que remitirnos a legislaciones internacionales como la canadiense", advirtió.
Por ahora los muchachos, a los que se han sumado ambientalistas y vecinalistas, harán una movida para denunciar públicamente el estado del Saladillo. Pero irán por más y planean formular un proyecto que proteja esa cuenca de agua antes de que se pierda definitivamente.
enviar nota por e-mail
|
|
|