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jueves,
02 de
junio de
2005 |
Pragmáticos
y precavidos
La política internacional sigue siendo una caja de sorpresas, o no tanto. Lo cierto es que pobladores de la vieja Europa se empeñan en contradecir los dichos de Francis Fukuyama. La historia no sólo no ha terminado, sino que algunos aspectos recién comienzan. En Francia ha sido rechazada la Constitución europea por abrumadora opinión expresada en las urnas. ¿Población poco informada? Estimamos que por el contrario, saben lo que les espera de instaurarse el crudo neoliberalismo. Basta con que vean a diario los informativos con imágenes de Bolivia, Ecuador o la Argentina. En tanto, algunos otrora esclarecidos artífices de la lucha por un mundo mejor, como Daniel Cohn Bendit, apuestan en el presente a la continuidad de los mercaderes y guerreros, pues les reditúa más una rebeldía funcional que el compromiso con los oprimidos y condenados de la tierra. En Latinoamérica, en tanto, el presidente de Brasil Lula da Silva está más preocupado por instalar a su país entre la minoría privilegiada del Consejo de Seguridad de la ONU que por cumplir con una de las promesas que lo llevaron a su sitial: garantizarle a cada habitante tres comidas diarias y a los campesinos tierra para laborar. En fin, paradojas de un presente turbulento, lleno de emociones, algunas violentas.
Carlos A. Solero
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