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miércoles,
01 de
junio de
2005 |
Astorga quería salir campeón
Luis Castro / La Capital
El parate futbolístico que se produjo por los encuentros de eliminatorias le permitió al preparador físico Manuel Astorga realizar algunos test evaluativos y, de esa manera, obtener resultados del trabajo ejecutado hasta el momento. Con ese ímpetu que le pone a las palabras, el verborrágico profesor chileno no sólo brindó una explicación de lo que pretende con estas evaluaciones, sino también dio su punto de vista sobre el rendimiento físico del plantel a lo largo del torneo. Y durante la charla con este diario, también dejó una opinión clara y sumamente personal. "No conseguimos lo que soñé. Salir campeón", manifestó.
Astorga comenzó el diálogo contando que las evaluaciones que estuvo realizando el plantel en el estadio municipal es para determinar "la velocidad exacta y el tiempo a recorrer en 400 metros. Se realizan ocho pasadas y se registra la repuesta cardíaca y los niveles de lactasidemia en el jugador", comentó el profesor.
¿Cuál es la idea de todo esto? Manolo así lo explica: "Con los entrenamientos, en ese mismo tiempo logren concentrar la menor cantidad de ácido láctico. Esto es lo que se persigue. Es una evaluación de la respuesta anaeróbica láctica".
-¿Cómo viste la respuesta física de los jugadores en todo el campeonato?
-Teniendo en cuenta que estuve cuatro meses con ellos, los valores que se obtengan ahora los voy a comparar con los que tenían cuando me incorporé al grupo. Muchas veces todo esto, desgraciadamente, no tiene nada que ver con el desempeño deportivo. Ejemplo: si formáramos un equipo de fútbol con los mejores velocistas o fondistas, a lo mejor sería un desastre. El fútbol es un deporte colectivo, de coordinación abierta, con muchos componentes variables dependientes e independiente del rendimiento deportivo. En lo personal, yo pido una asesoría externa para evaluar a los jugadores, y en el fondo también se evalúa lo que hice. Esto me permite saber si mi trabajo está bien hecho o no. Si lo llevamos al rendimiento deportivo, que es distinto al físico, tengo que decir que ha sido regular, porque no conseguimos lo que soñé. Esto lo digo a título personal.
-¿Qué es lo que soñabas?
-Ser campeón. Mientras las matemáticas no digan lo contrario, lo sigo haciendo, pero dependemos de nosotros y de los demás. Si las pelotas que no entraron lo habrían hecho en partidos decisivos no hablaríamos de estos temas. Si tuviéramos nueve o diez puntos más estaríamos peleando la punta, pero eso es especular. Ahora resta ganar los partidos que quedan. Tenemos un grupo humano muy bueno que peleará hasta el final del torneo. Los análisis deben ser atomizados y no generalizados, y con todos los criterios juntos llegar a un juicio final de cómo ha sido el proceso.
-¿Considerás que a veces se es injusto al decir que un equipo está mal físicamente cuando no se alcanzan los objetivos buscados?
-Sí. Cuando le ganamos a River, que remontamos un resultado adverso, todos dijeron que se cayó físicamente. De esa manera se estaba juzgando a uno de los preparadores físicos más importante de Argentina y del mundo, como (Gabriel) Macaya. Yo reviso tres veces un partido y ese lo hice seis. Y River presionó hasta el último momento, o sea que no fue un problema de Macaya. Por eso es injusto cuando se le hecha la culpa al aspecto físico cuando un equipo no consigue el rendimiento deportivo deseado. Hay otros aspectos, que tienen que ver con los técnicos, estratégicos-tácticos y psicológicos, que intervienen en el rendimiento. Pero uno se acostumbra a esto.
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"Estas evaluaciones me permitirán saber si mi trabajo está bien hecho o no", sostuvo el chileno.
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