Patín: De Mattía, campeón panamericano

Rodolfo Parody / La Capital

A los 4 años se metió en el depósito de la juguetería de su padre y como tantas otras veces se puso a hurgar. En una caja encontró un par de patines y este hallazgo lo marcaría para siempre. El tiempo transcurrió y el rosarino Luis De Mattía se convirtió en uno de los mejores del patín artístico nacional. Lo ratificó en el último Panamericano de Mar del Plata donde culminó en el primer puesto de la especialidad escuela. Ahora persigue otro desafío que aún no alcanzó: un podio mundialista.

"Con una de mis hermanas empezamos a abrir unas cajas y aparecieron los patines. Desde ese momento me atrapó el deporte", repasa Luis sobre sus inicios, mientras disfruta del título en su primera intervención en un Panamericano.

"La medalla de oro es una satisfacción grande. Fui a buscar el primer puesto, pero de ahí a lograrlo siempre existe un distancia grande. Sobre todo porque el estadounidense David Jackes, que terminó segundo, había quedado arriba mío en en el último Mundial de Fresno. Su presencia, y en cierto modo la de Favio Sisterna (argentino), que culminó tercero, hizo que la competencia fuera difícil", aclara el patinador del club Rosario Skate.

Las complicaciones por la jerarquía de sus rivales se diluyeron frente a la superioridad del rosarino, a quien, en el momento de la evaluación, los siete jueces le dieron el mejor puntaje. "Es evidente que la victoria no fue casualidad", manifiesta.

Acostumbrado a los podios, Luis asegura que "un logro de local se valora más. Cuando lo conseguís afuera, recién lo disfrutás al regresar. En tu país, en cambio, lo compartís con todos. Es una gran motivación competir frente a tu público. Pero tampoco te podés dejar llevar por eso, porque sería demasiada presión para una actividad donde la cuestión psicológica tiene mucha importancia".

Cumplió el sueño de conquistar el Panamericano y lo valoró, sobre todo, por "haber logrado el triunfo solo", debido a que no tiene entrenador desde que interrumpió los viajes a Buenos Aires por razones económicas.

Por el mismo motivo, y por falta de tiempo, años atrás optó por volcarse exclusivamente a la especialidad escuela, dejando de lado la disciplina libre. La elección se debió a que "veía que tenía mayor futuro en escuela luego del sexto puesto en el Mundial 2002". De Mattía explica que la especialidad escuela consiste en el cumplimiento de rutinas predeterminadas, donde "los jueces califican la calidad y dominio del patín. Se sortean cuatro figuras (ejercicios) que deben realizar todos los patinadores y el puntaje final resulta del promedio de todas esas presentaciones".

La trayectoria mundialista de Luis es dilatada. Interviene en forma ininterrumpida en estos campeonatos desde 1995 (hasta 1999 en categoría junior).

El rosarino se propuso acceder al podio mundialista y así marcar un hecho inédito ya que "ningún patinador sudamericano lo logró. En 2003 rasguñé el tercer puesto pero al final quedé sexto. Igualmente es el mejor puesto logrado por un sudamericano".

La única vez que ganó una medalla mundialista fue la de bronce en el junior de Bogotá 98. El podio en la categoría senior es su gran deuda. Hasta el momento sus mejores actuaciones son el mencionado sexto puesto en Buenos Aires 2003 y la misma posición en Wuppertal (Alemania) 2002.

No tuvo el rendimiento esperado en Fresno (Estados Unidos) 2004, donde terminó en el décimo lugar. Ahora aguarda el Mundial de Roma, a realizarse en noviembre. Luis ganó el primero de los tres selectivos nacionales y considera que "debería quedar en la primera posición y clasificar", para así intentar colgarse la tan ansiada medalla.