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miércoles,
25 de
mayo de
2005 |
Lucha: el sueño olímpico de los Ramírez
Lucas Vitantonio / La Capital
Debe ser un caso único. En Rosario habita una auténtica familia de gladiadores. Los hermanos Ismael, Dardo, Simón, Tomás y Jimena Ramírez comparten la pasión por la lucha libre y greco romana. Cada uno ganó campeonatos en su categoría. Priorizan el estudio, entrenan todos los días y sueñan con representar al país en los Juegos Olímpicos. "Desde niños tirábamos los colchones en el suelo de casa y nos poníamos a luchar. Nos divertíamos siempre sin golpearnos. Incluso ahora, a veces, no trenzamos los cinco y nos reímos mucho", cuentan los Ramírez.
Son seis hermanos en total, pero cinco practican lucha olímpica (que se divide en estilo libre y greco romana). Ismael (19), Dardo (17), Simón (15), Tomás (12) y Jimena (10), además del apellido, están unidos por este deporte que no está entre los más conocidos del país. La hermana mayor es Nadia, que tiene 20 años, pero no sube a la colchoneta a combatir.
Las categorías en la lucha olímpica se establecen por edad y peso. Ismael compite en juvenil hasta 66 kilogramos, Dardo en juvenil hasta 55, Simón en cadete hasta 54, Tomás en infantil hasta 40 y Jimena en infantil hasta 30 kilos (las mujeres sólo realizan lucha libre).
Recientemente los tres hermanos mayores participaron en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) de un torneo clasificatorio para pruebas internacionales. Lucharon en ambos estilos y el resultado fue óptimo. Dardo representará al país en el Panamericano juvenil hasta 60 kilos que se hará en julio en Venezuela. Pero no irá sólo, porque Ismael también se clasificó en la categoría hasta 66 kilos. Simón no se quedó atrás y logró un lugar para ir a Chile en agosto al Panamericano de cadetes. Los cinco hermanos tienen como técnico a su padre, Javier Ramírez.
Los éxitos fueron una constante en los Ramírez. Dardo ganó este año los dos estilos de lucha en los Juegos Rosarinos del Deporte Federado, en cadete hasta 58 kilos. "El año pasado fui campeón argentino de ambos estilos, en cadete hasta 54 kilos y obtuve el segundo puesto en el campeonato internacional Esperanza, en estilo libre, en la misma categoría", cuenta Dardo, sin perder la humildad.
Ismael ganó este año los Juegos Rosarinos (ambos estilos) en juvenil hasta 60 kilos. Y el año pasado salió sub campeón argentino en Tucumán (libre) y campeón en Buenos Aires (greco), en la misma categoría. "Otro logro importante que conseguí el año pasado fue el tercer puesto (estilo libre) en el prestigioso torneo Esperanza, en juvenil hasta 60 kilos. Allí recibí la copa a la mejor lucha. Y en la misma categoría fui campeón santafesino en ambos estilos", relata Ismael.
Simón se consagró campeón argentino en lucha libre y greco romana, en escolar hasta 53 kilos. Y este año ganó en la misma categoría los Juegos Rosarinos (ambos estilos).
Tomás, con apenas 12 años, también aporta títulos. Este año fue campeón rosarino en la categoría infantil hasta 40 kilos. Y el año pasado en el torneo argentino de lucha greco romana obtuvo el segundo puesto y salió campeón en estilo libre, en infantil hasta 36 kilos.
Ellos entrenan por su cuenta en una clínica que no les cobra nada. Pero si quieren hacerlo en un club, además de pagar la cuota social deben abonar el alquiler de un espacio donde dejar las colchonetas, algo que la familia no puede afrontar.
Los Ramírez comenzaron de niños con la lucha olímpica. Dardo se inició a los 6 años y confiesa que "una vez que la practicás te atrapa". Ismael se subió a la colchoneta a los 5 años y asegura que "nunca me interesó otro deporte que no sea este". Simón comenzó a los 8 años y es consciente que "desde Argentina es muy difícil, pero no imposible estar entre los mejores del mundo".
Si bien el entrenamiento es exigente, el estudio es una prioridad para ellos. Dardo está en segundo año del polimodal. Ismael es maestro mayor de obra y cursa arquitectura en la UNR. Simón está en primer año del polimodal.
A su vez, Tomás, que asiste a séptimo año de EGB, expresa con una sonrisa que "aprendí lucha para defenderme de mis hermanos más grandes".
Y la menor de los Ramírez, Jimena, ganó este año el campeonato rosarino de lucha libre en categoría infantil hasta 30 kilos. "Al principio en los entrenamientos combatía con varones y ahora el deporte cada vez me gusta más", dice con simpatía la niña, que cursa el quinto año de EGB.
Sencillos, auténticos, unidos y con ganas de progresar en el deporte y en la educación, así son los Ramírez, una auténtica familia rosarina de gladiadores del siglo XXI.
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Fotos
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Los hermanos son campeones en la misma disciplina.
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