[Nota de tapa] Los libros en escena

Historias de la gran feria argentina

El proximo jueves se inaugura una nueva edición de la Feria del Libro de Buenos Aires. Carlos Pazos, de la Fundacion organizadora, cuenta como se prepara el evento

Rodolfo Montes / La Capital

La Feria del Libro de Buenos Aires es la mayor de Latinoamérica. Siempre en crecimiento desde su fundación, rebasó los límites de la Capital, para convertirse en uno de los hechos culturales más importantes del país. Unos 40 países extranjeros y 23 provincias argentinas tendrán un lugar en la 31ª edición, que se inaugura el próximo jueves. Sin embargo, la impronta porteña y la presencia internacional siguen siendo la marca característica del megaevento de Palermo.

Si bien recibe un alto porcentaje de público que habita fuera de Buenos Aires, las Cámaras que conforman la Fundación El Libro -entidad organizadora- son de empresarios radicados en la gran Capital.

La organizadora Fundación El Libro funciona como entidad civil sin fines de lucro, con un concejo de administración y varias comisiones ad honórem. Allí convergen la Sociedad Argentina de Escritores, la Cámara Argentina del Libro, la Cámara Argentina de Publicaciones, el Sector Libros y Revistas de la Cámara Española de Comercio, la Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines y la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines.

En su edición de este año la Feria homenajeará al teatro: "Un escenario para los libros" será su lema. La escritora Griselda Gambaro realizará la apertura oficial.La Fundación El Libro gastará 4,7 millones de pesos para resolver todo el operativo durante los 22 días que dura la Feria, y ocupará casi 36 mil metros cuadrados dentro del predio ferial, junto a la de Plaza Italia, el Botánico y el Zoológico de Buenos Aires. Serán casi 400 stands, 1.700 expositores, preparados para recibir más de 1 millón de visitantes.

Señales entrevistó el presidente del Consejo de Administración de la Fundación El Libro, Carlos Alberto Pazos, a pocos días de una nueva puesta en escena de la cuidada ingeniería organizativa, armada durante todo un año. "Esta será la feria más grande de los 31 años", pronosticó. Conocedor como pocos, Pazos confió: "En diciembre del año pasado ya teníamos vendidos todos los metros cuadrados en oferta (36 mil contra los 26 mil que ocuparon hasta 2003). Y mucha gente se quedó afuera. Esto no nos había pasado nunca antes".

-¿Para qué se hace la Feria del Libro?

-Para promocionar el libro y la lectura. Por supuesto que la feria sale bien cuando se cumple el objetivo comercial de los expositores. Si va más gente, se venden más libros y la gente lee más.

-¿Qué valor tiene la Feria del Libro en el mundo cultural del país?

-Respeto a todos, pero la Feria es el hecho cultural anual más importante de la Argentina. Tenemos el orgullo de haber enseñado a otros países cómo se hace una feria, como por ejemplo la de Guadalajara, México.

-¿Qué tendrá la Feria de 2005 para destacar?

-Yo destaco los primeros 3 días y medio, que no son para el público en general sino para libreros, editores, papeleros, gráficos, delegaciones de la Comunidad Europea, bibliotecas de Estados Unidos con material en español, profesionales y otros. Son las llamadas rondas de negocios, algo muy importante para la industria.

-Cuando abre las boleterías, la Feria del Libro se vuelve masiva y suele decirse que el público, en su mayoría, lo toma como un paseo y que no tiene interés específico en la lectura. ¿Qué hay de cierto en esa creencia?

-Las estadísticas demuestran lo contrario. Tenemos medido que un 68% de los concurrentes compra libros. En cuanto a los motivos de la concurrencia más de un 50% va específicamente por los libros, y otro tanto por los actos culturales y demás atractivos que ofrece la feria. Es cierto lo que usted plantea, alguien lo puso a rodar en algún momento y quedó instalado. Pero no es verdad.

-Con tanta experiencia en organizar ferias, ¿ hubo alguna iniciativa que fracasó y tuvieron que desechar?

-No diría fracasar, pero, por ejemplo, lo que llamamos "el rincón de los jóvenes" se desmadró de tal manera en una época que tuvimos que cerrarlo durante un par de años. Diría que hubo demasiado apasionamiento político, discusiones, peleas, se desmadró todo. Y quiero aclarar que nosotros no censuramos nada, todo el mundo puede mostrar y decir lo que se le antoje. Usted sabe, en el ambiente intelectual están todos, hasta los extremos ideológicos.

-¿Nunca hubo censura?

-La Fundación del Libro tiene total amplitud. Vea, en nuestra comisión de cultura tenemos trotskistas y miembros del Opus Dei.

-Deben salir reuniones divertidas...

-Imagínese (risas). Por ejemplo, en la época de la dictadura militar la Feria cerraba un día entero para que la Side revisara todos los stands. Cuando veían un libro que no les gustaban, los sacaban. Pero los libreros los ponían en una caja, escondidos, y al otro día los volvían a sacar a la venta. El público ya sabía que en la Feria podía encontrar libros censurados.

-¿Qué significa la Feria para los libreros y las editoriales en sus respectivas ecuaciones anuales de negocios?

-Para las editoriales es fundamental porque tienen la oportunidad de contactar de un modo directo con los lectores. Y para los libreros, una boca de venta muy importante.

-¿Cuántos libros vende la Feria en relación a la venta anual de libros en todo el país?

-Mire, en esta industria existe un pacto de silencio, nadie quiere dar cifras. Lo que le puedo decir, y por una estimación personal, es que el volumen total de venta de libros está en 800 millones anuales. Pero no le puedo decir cuánto se vende en la Feria de esos 800 millones.

-Me parece que usted deber tener alguna idea...

-Es muy difícil calcularlo. En la Feria conviven editoriales enormes con otras muy chiquitas. Es más, las pequeñas editoriales que tienen hasta diez empleados, constituyen el 75 % del total en la Argentina. Desde mi punto de vista deberíamos lograr conocer el volumen de la industria del libro, por la misma razón que sabemos cuánto venden los supermercados, las automotrices y otras industrias. Pero por ahora, se reservan los datos.

-También se supone que el libro es un producto hecho y consumido mayoritariamente en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. ¿Se sabe cuánto incide el interior del país?

-No está muy claro, en principio el dato que se maneja es que el 90% del mercado está en el área que usted señala. Pero yo me encontré con sorpresas. Por ejemplo, en Córdoba pude comprobar la existencia de una importante actividad editorial. En Rosario es posible que ocurra algo similar.

-La Feria vende espacios para stands y consigue sponsors, ¿alguna vez perdieron plata?

- Sí, llegamos a perder casi el 10 % del total. Pero otros años tenemos superávit, como el año pasado, lo cual nos permitió mantener los precios de los stands casi como el año pasado: exactamente bajaron un 2%.

-¿Qué es lo más valioso que sucede en la Feria, durante los 22 días?

-En lo personal, lo que más me gusta es ver a los chicos, chiquitos, tirados en el piso de un stand, con libro en la mano y mirándolo al revés. Cuando veo eso, me digo, la Feria no se va terminar jamás.

-¿Teme que la Feria se pueda terminar?

-Sabe qué pasa, cuando voy a la Feria de Frankfurt (la más grande y famosa del mundo), veo muy pocos chicos. Cuando veo alguno, paro a los padres y pregunto de dónde son. Son todos latinoamericanos o europeos latinos, pero no alemanes. Entonces pienso que cuando los chicos alemanes sean mayores no van a tener la imagen de la Feria del Libro. Yo creo que están jodidos, por suerte a nosotros eso no nos pasa.

"Es el hecho cultural más importante del país", dice Carlos Pazos.