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domingo,
17 de
abril de
2005 |
Los países más poderosos quieren que Argentina haga reformas estructurales
El G-7 también reclama por los bonistas
El organismo se sumó a las exigencias del FMI. La Casa Rosada ratifica que no abrirá el canje de la deuda
Los ministros de Finanzas de los siete países más industrializados del mundo (G-7) se sumaron ayer a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y pidieron a la Argentina una estrategia para los bonistas que se quedaron fuera del canje de la deuda.
"Después del canje, la Argentina necesita hacer frente a la deuda en default que quedó pendiente, en línea con la política del Fondo con los países que tienen atrasos (con la propia institución)", expresó el G-7 en un comunicado difundido tras su reunión en Washington.
Los ministros de los siete países más ricos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) instaron asimismo a la Argentina a "emprender reformas estructurales para garantizar un crecimiento sostenible".
El G-7 se sumó con esta declaración a las exigencias del FMI, que pidió al gobierno "una estrategia realista" con los acreedores (23,85% del total) que no aceptaron el canje de su deuda pública de 81.800 millones de dólares, para negociar un nuevo programa.
En rueda de prensa, el secretario estadounidense del Tesoro, John Snow, hizo su propia lectura del comunicado: "No lo interpretaría como una crítica, sino como lo que el G-7 opina que debe hacerse", explicó.
El responsable del Tesoro de Estados Unidos, que apoya a la Argentina tanto en el G-7 como en el FMI, subrayó además que si las negociaciones con el Fondo prosperan, el acuerdo "debería reflejar un compromiso real" del país.
Una fuente de la delegación alemana subrayó, por su parte, que el Grupo de los Siete le exige "una estrategia realista" a la Argentina y "no una solución" para la porción de su deuda que no ha sido reestructurada y equivale a más de 20.000 millones de dólares, cerca de la cuarta parte del total.
El matiz tiene su importancia. Según explicó una fuente del Fondo, la "estrategia realista" deja más flexibilidad a la Casa Rosada.
"Es poco probable que la Argentina vaya a ofrecer una solución al ciento por ciento de la deuda a los tenedores de bonos", algo que no tendría precedentes en la historia, explicó la fuente alemana.
Por ese motivo, el pasado fin de semana en la cumbre del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Okinawa (sur de Japón), el ministro de Economía, Roberto Lavagna, había asegurado que no aceptaría "posturas discriminatorias" del FMI.
Mientras, el pedido de una reapertura del canje para atender a los bonistas que no ingresaron al primer llamado fue nuevamente rechazado ayer por el gobierno y por el bloque justicialista de Diputados, si bien un legislador duhaldista marcó una disidencia al presentar un proyecto para reabrir la reestructuración por un plazo de sesenta días.
Desde Alemania, fuentes cercanas al presidente Néstor Kirchner ratificaron la posición contraria a la reapertura del canje reclamada por los organismos internacionales de crédito, en coincidencia con la realización en Washington de la asamblea anual conjunta del FMI y el Banco Mundial.
Kirchner "de ningún modo está estudiando alguna alternativa" para beneficiar a los bonistas que no aceptaron la propuesta de quita de la deuda, al tiempo que espera que el FMI "haga un reconocimiento" a la Argentina por el éxito del canje, aseguraron las fuentes.
Pese a los buenos modales y a los elogios que el gobierno germano dispensó a la comitiva argentina, el ministro de Finanzas alemán no trepidó ayer en sumar su reclamos para que el país diseñe una nueva estrategia para los hold outs.
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