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domingo,
17 de
abril de
2005 |
Agónico triunfo de
Racing sobre Arsenal
Lo ganó a seis minutos del final y quedó a uno de Central
Racing Club consiguió anoche una agónica y muy festejada victoria sobre Arsenal de Sarandí por 1 a 0 y, de esa manera, se acercó a la vanguardia del torneo Clausura de fútbol, que ostenta Central después de ganarle el viernes a la noche a Gimnasia por 2 a 1 en el Gigante de Arroyito.
Sin hacer demasiados méritos, Racing encontró el triunfo con un cabezazo de Lisandro López -tras un centro lanzado por por el ex canalla Martín Cardetti- a los 39 minutos del segundo tiempo cuando nada hacía suponer que el 0 a 0 se alteraría antes del pitazo final de Angel Sánchez.
La apretada victoria ubicó a Racing a un punto del liderazgo. La Academia sumó 19 puntos y acumula uno menos que Central, que ya se había asegurado la vanguardia en soledad por una jornada más en el primer partido de la 9ª jornada.
Un puñado de atributos permiten resumir el primer tiempo: aburrido, lento, anodino y sin ninguna situación de riesgo frente a los arcos.
En ese contexto, Racing, con aspiraciones de alcanzar la vanguardia del campeonato, o al menos de mantenerse a tiro del equipo de Zof y Cuffaro Russo, exhibió, previsiblemente, la propuesta más abierta y ofensiva.
Sin embargo, sin espacios -Arsenal se cerró bien con dos líneas de cuatro- y con pocas ideas, la Academia no comprometió al arquero Oscar Limia en sus excursiones ofensivas.
El elenco de Sarandí, con un esquema conservador que repite -con cierto éxito- fecha tras fecha, apostó a los movimientos del ex Independiente Leonel Ríos por el sector derecho y a alguna esporádica aparición de otro ex Rojo, José Luis Calderón, cerca del área rival.
Poco cambió en el complemento, pero Racing, cuando el empate parecía una certeza, encontró el camino a la victoria gracias al cabezazo en forma de palomita de López a seis minutos del final.
Arsenal ensayó una reacción evidentemente tardía. Se consumieron sin sobresaltos los últimos minutos y Racing se abrazó a la victoria y su gente volvió a desatar un incontenible estado de ilusión permanente por toda la ciudad de Avellaneda. (Télam)
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