|
domingo,
17 de
abril de
2005 |
Primera B: El salaíto no se rinde
Argentino ganó y sueña con quedarse en la categoría
Elbio Evangeliste / Ovación
En instancias decisivas es cuando se suelen ver el temple y la categoría de ciertos equipos. Este Argentino no goza de un plantel largo. Mucho menos de grandes figuras. Pero sí, y esto es lo importante, tiene una cosa en claro: que no se pueden perder muchos puntos más, especialmente jugando en casa. Esa premisa fue expuesta ayer frente a un duro Tristán Suárez y el 2 a 1 final terminó dándole la derecha a este equipo que va gastando fecha tras fecha los últimos cartuchos con el objetivo de quedarse en la categoría. Aún en medio de un clima político enrarecido (ver aparte).
Las cuatro derrotas consecutivas (Deportivo Morón, Cambaceres, Deportivo Armenio y Atlanta) que cargaba el sala sobre el lomo evidenciaban un peso difícil de soportar. Pero ayer descargó una buena parte. Porque se animó a pelear, y sobre todo porque logró dar vuelta el resultado, lo que no es poco para los tiempos que corren.
Y el marcador final se adecuó a lo que fue el partido. Porque si bien Tristán Suárez tuvo lo suyo, Argentino pudo despertar a tiempo. Con la fortaleza necesaria para no desmoronarse anímicamente después del gol de Concistre, a los 20', en clara posición adelantada. Por eso la reacción cobró más valor.
Quizá hubiese sido lapidario si el remate de Riveros, a los 2 minutos del complemento, hubiera entrado en lugar de pegar en el travesaño, pero allí la suerte estuvo de parte del salaíto, que rápidamente tuvo su premio cuando el Bocha Maldonado convirtió desde los 12 pasos, luego de que Dundo le tocara los tobillos a Raschetti.
Argentino recuperó fuerzas. Se sentía vivo. Sabía que podía. Y a los 20' Villarreal metió un tremendo zapatazo que Anconetani mandó al córner y de ese jugada llegó el segundo zarpazo. El centro de Ramírez fue peinado en el primer palo por Verón y Miranda sólo tuvo que empujarla.
Entonces fue el momento de replantear la situación y ver qué hacer para que el triunfo no se escapara. Todo desembocó en un retraso del equipo, inducido en parte por el asedio de la visita. Pero esa nueva postura no le vino del todo mal. No sólo porque los centrales mostraron firmeza para sacar todo lo que llegaba, especialmente por la vía aérea, sino porque jugando de esa forma Argentino contó con inmejorables chances de contra, aunque fueron mal resueltas.
A este equipo no le sobra nada. Juega al límite y aún camina por la cuerda floja. Pero triunfos como estos sirven para reafirmar que mientras haya vida, habrá esperanzas. Son varias las finales que tendrá que sacar adelante (entre ellas el clásico). Lo importante es que el convencimiento está. Se podrá retroceder algunos pasos, pero rendirse no está en los planes de los albos.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Formica cubre el balón ante el asedio de De Maldé.
|
|
|