Botiquín de plantas medicinales

Preparadas para recibir el invierno

El otoño es una estación muy agradable para la mayoría de las personas que vivimos en esta parte del mundo. Si bien los problemas de contaminación han modificado el clima considerablemente, en general los días son frescos, soleados y con poco viento. La variación de temperatura y humedad diarios son más bruscos (mañana y noche frías, mediodía cálidos) y muchas veces no tomamos los recaudos necesarios (abrigo, alimento). Generalmente partimos muy temprano a la mañana y volvemos tarde expuestos al clima pero sobre todo al estrés de la vida cotidiana (trabajo, relacionamiento, tránsito). Estos factores, sumados a los gérmenes de la época invernal, nos exponen a enfermedades como resfríos y gripe.

El resfrío es un trastorno respiratorio provocado por múltiples tipos de virus (más de 200 variedades) que puede manifestarse a través de distintos síntomas, generalmente congestión nasal, irritación de garganta, escalofríos y dolor de cabezas. Mientras que la gripe es una enfermedad infecciosa producida por un virus que presenta más de 90 formas. Es muy contagiosa y si bien existe una vacuna para combatirla, anualmente debe modificarse. Por eso todos los años conviene vacunarse antes de comenzar el invierno, sobre todo las personas que trabajan en lugares donde se concentran gran cantidad de personas, los mayores de 65 años y los que tienen las defensas bajas por quimioterapia, enfermedades inmunodepresoras, posoperatorios y secuelas por neumonías, entre otras.

Los síntomas son malestar generalizado en todo el cuerpo principalmente en la espalda, agotamiento, ardor en los ojos, tos, resfrío y fiebre. Si bien los síntomas son parecidos a los resfriados, la gripe es más peligrosa pudiendo ocasionar serios problemas de salud.

La enfermedad es estacional, aparece en el invierno, mientras que los resfríos pueden ocurrir durante todo el año (de sol, cambios bruscos de temperatura) y los síntomas son más leves. Los resfríos y gripes mal curadas pueden desencadenar en inflamaciones agudas de los bronquios (bronquitis), pulmonías y neumonías.

¿Qué podemos hacer para fortalecer nuestro organismo frente a estos problemas?

Sabemos que la intensidad del ataque depende mucho del estado de nuestro cuerpo, de nuestra relación con los demás y con el medio ambiente. El cansancio, el estrés, los factores psicológicos pueden actuar como inmunodepresores. Fortalecer el sistema inmunológico es fundamental para que estemos preparados. Esto podemos hacerlo desde la alimentación, los ejercicios de respiración, la meditación, la natación, el masaje y la gimnasia terapéutica, evitando los lugares cerrados y de fumadores y ayudarnos con algunas plantas medicinales.


Alimentos recomendados
En cuanto a los alimentos recomendados para reforzar las defensas del organismo, están:

Alimentos ricos en zinc: semillas de girasol o calabaza, mariscos, carnes magras (sin grasa), leche entera, queso curado, legumbres, levadura de cerveza, pan y cereales.

Alimentos ricos en vitamina C: naranjas, limones, kiwi, frutillas, pomelos, perejil, pimiento, camote.

Espinaca, albahaca, clavo de olor y jengibre en polvo. El ajo, la cebolla, el berro tienen poder descongestivo de las fosas nasales.

Evitar las comidas fuertes, grasosas y muy picantes ya que provocan digestiones lentas impidiendo al organismo dedicar todos sus esfuerzos a contrarrestar el resfrío. Por su acción sobre el hígado también hay que evitar las bebidas alcohólicas. No fumar.


Tés medicinales

Beber uno o dos litros de agua con limón o jugo de otros cítricos. Evitan la deshidratación, aportan vitamina C y fluidifican el moco.

Ingerir una taza de agua caliente más el jugo de medio limón endulzado con miel. La miel suaviza la garganta y aporta minerales.

Tomar té de llantén (2 ó 3 tazas en el día). Las cápsulas de equinacea también ayudan a aumentar las defensas. La miel y sus derivados como la jalea real y el propóleo también son de gran utilidad.


Para combatir los síntomas se aconseja

Meterse en la cama, comer liviano y descansar para permitir que el organismo organice adecuadamente la defensa. Obstinarse en resistir y seguir las actividades normalmente sólo agrava el problema.

Las infusiones de llantén, ambay, tilo y eucaliptos fluidifican el catarro y ayudan a expectorar. Para la tos podemos tomar un quemadillo de llantén que se prepara con la infusión de hojas de llantén más un caramelo liviano al que se le agrega cáscara de limón o naranja y luego se le incorpora el té de llantén.

Tomar 2 ó 3 tazas de infusión de tomillo, tilo y borraja. Se colocan una cucharita de hojas de tomillo, unas flores de tilo y borraja en una taza, se le agrega agua hirviendo y se deja reposando tapado 10 minutos. Se puede endulzar con miel. La borraja se agrega si hay fiebre.

También se aconseja tomar o hacer inhalaciones con la infusión de hojas de eucaliptus. Para la rinitis o congestión nasal se recomienda hacer inhalaciones con el cocimiento de media cebolla.

Desde la aromaterapia podemos condicionar los ambientes con hornitos que contengan 2 ó 3 gotas de los siguientes aceites esenciales puros: lavanda, tomillo y eucaliptus. Para los que tienen bañera es recomendable un baño de inmersión de 20 minutos con una mezcla de estos aceites esenciales diluidos en un aceite base al 5 % (almendras, sésamo, jojoba). Masajear el pecho con crema de tomillo también ayuda a sentirse mejor.

En caso de dificultad para respirar, dolor en el pecho, fiebre de 39º o más, tos que dure más de dos semana, tos con sangre, hemorragia nasal que dure más de una hora, o ante cualquier duda consultar con el médico.

Griselda T. Franchini

Farmacéutica