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domingo,
17 de
abril de
2005 |
Savater: "La pereza es
la principal fuente de
todos los males humanos"
El escritor repasó cada uno de los pecados capitales
-Esperemos que de esta charla la gente no salga más pecaminosa...
-Bueno, tampoco le quites a nadie el gusto.
Así respondió el escritor Fernando Savater a la advertencia del periodista Miguel Wiñazki, segundos antes de abandonar el escenario del teatro El Círculo. Con las plateas colmadas, el autor de "Etica para Amador" reflexionó durante más de una hora sobre "Los pecados capitales en el mundo moderno". Y, al tiempo que repasaba el "listado oficial" de vicios advirtió: "La pereza es la principal fuente de todos los males humanos".
Para presentarlo, Wiñazki describió a Savater como un autor de una "dificilísima facilidad", haciendo hincapié en su capacidad de abordar temas complejos de una manera rápidamente comprensible.
Durante toda la charla, el escritor español hizo gala de esa virtud. Para abordar sus pecados capitales no sólo se refirió a la filosofía y a la literatura, sino también al teatro, al cine y la televisión; tampoco se privó de usar dichos o chistes populares. En cada una de estas ocasiones, el auditorio devolvió con risas la cortesía.
"No crean que me intereso por los pecados capitales, o por estos temas teológicos, ahora que está vacante la silla de San Pedro", señaló antes de aclarar que su intención era interrogar "el sentido que tiene la palabra pecado para los laicos".
Justamente esta pregunta será la que guíe una serie de programas para la televisión española, en la que Savater dialogará con escritores, filósofos y religiosos. La producción de estos capítulos comenzó ayer en Rosario con una entrevista a Roberto Fontanarrosa. Y continuó en el Teatro El Círculo donde el filósofo expuso, "a manera de ensayo", sus primeros pensamientos sobre el listado realizado en el siglo VI por el Papa Gregorio Magno.
Pero antes que nada aclaró los términos: su sentido del pecado no está relacionado con la mirada religiosa. "Incluso los laicos que no tenemos una vocación teológica asumimos que ciertas cosas son pecado. No hay que tener una idea teológica para reconocer que hay cosas que son antihumanas. No inhumanos porque, al contrario, los pecados y los desacuerdos son humanísimos. Pero son cosas que se vuelven contra la propia realidad humana", explicó.
Así repasó cada uno de esos males: soberbia ("la arrogancia de grupos humanos que se consideran pertenecientes a una casta superior"), avaricia ("un vicio poco frecuente en esta sociedad de consumo pero que podría considerarse como la necesidad permanente de estar sustituyendo las relaciones con las personas por las relaciones con las cosas en un mundo donde el éxito se mide por la cantidad de cosas que uno posee"), lujuria ("a mi edad, casi una forma de nostalgia, y durante el franquismo casi un milagro"), envidia ("un pecado democrático ya que la persecución de los privilegios y las injusticias en muchos casos viene desde la envidia"), gula ("el más imposible de practicar en la era del yogur, la dieta y los embutidos sin grasa"), ira ("un mal menor frente a la indiferencia") y la pereza que se llevó el calificativo del peor de los males humanos.
"El problema es la persona que no hace lo que verdaderamente debería, la que tiene pereza para ayudar a alguien o defender una causa justa. Los males de la sociedad están relacionados con esto", advirtió.
Después contestó cada una de las preguntas del público. No escabulló ningún tema, ni siquiera pronunciarse a favor del aborto o la eutanasia. Sin embargo evitó explayarse sobre si la soberbia o la corrupción son el peor de los vicios argentinos. "No conozco a todos los argentinos", se excusó.
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