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domingo,
17 de
abril de
2005 |
Vejez
útil II
He leído con mucha alegría y más sorpresa las hermosas palabras y tan emotivas que fueron para nosotros los abuelos sustitutos, una caricia para el alma. Nos sentimos muy contentas al saber que alguien más nos entendió y nos acompaña en esta tarea de amor. Ya llegamos a nuestra vejez, pero Chela, te digo que es una vejez útil y digna ya que con este proyecto inédito en nuestro país estamos honrando la vida. Es esta actividad muy gratificante a nuestras almas, aunque a veces la realidad de la vida nos muestra los reveses y vemos con ojos asombrados y el corazón destrozado morir a niños, como Elenita, que tenía sólo 13 meses, en el Hospital Provincial donde somos Cuidadores Oficiales Institucional de la Sala de pediatría y UTI. Pero nos ayudaron a llevar esta gran pena las sabias palabras de una profesional de este nosocomio, que planteó que nuestra pequeña se había ido al cielo con sus mochilas cargadas de amor gracias a las Abuelas Sustitutas. Quiero agradecerle, Chela Pazos, en nombre de los Abuelos Sustitutos y más aún en mi nombre ya que mi sueño se está haciendo realidad, por el caudal del amor de estas abuelas, por sus sentidas palabras que captaron mi locura de amor, por resaltar la figura del abuelo y afianzar la familia. Gracias.
Martha Chimento, directora de Abuelos Sustitutos
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