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miércoles,
13 de
abril de
2005 |
Efemérides
Un 13 de abril
Guillermo Zinni / La Capital
De 1906: Nace el dramaturgo y novelista irlandés Samuel Beckett El poeta, novelista y destacado dramaturgo del teatro del absurdo Samuel Beckett, quien obtuvo el premio Nobel de literatura en 1969, nació el 13 de abril de 1906 en Foxrock, cerca de Dublín, en Irlanda. Tras asistir a una escuela protestante de clase media ingresó en el Trinity College, donde obtuvo la licenciatura en lenguas romances en 1927 y el doctorado en 1931. Entretanto pasó dos años como profesor en París. Al mismo tiempo continuó estudiando al filósofo francés René Descartes y escribió su ensayo crítico "Proust" (1931), el que sentó las bases filosóficas de su vida y su obra. Fue por ese entonces cuando conoció al novelista y poeta irlandés James Joyce. Entre 1932 y 1937 escribió y viajó sin descanso y desempeñó diversos trabajos para incrementar los ingresos de la pensión anual que le ofrecía su padre, cuya muerte en 1933 fue un duro golpe que nunca superó. En 1937 se estableció definitivamente en París pero en 1942, tras adherirse a la Resistencia, tuvo que huir de la Gestapo, la policía secreta nazi. En el sur de Francia, libre de la ocupación alemana, Beckett escribió la novela "Watt" (que no se publicó hasta 1953). Al final de la guerra regresó a París, donde produjo cuatro grandes obras: su trilogía "Molloy" (1951), "Malone muere" (1951) y "El innombrable" (1953)
-novelas todas que el propio autor consideraba como su mayor logro-, y la obra de teatro "Esperando a Godot" (1952), su mejor trabajo, en opinión de la mayoría de los críticos. Gran parte de su producción posterior a 1945 fue escrita en francés. Otras de sus obras más importantes son "Final de partida" (1958), "La última cinta" (1959), "Días felices" (1961), "Acto sin palabras" (1964), "No yo" (1973), "That Time" (1976) y "Footfall" (1976); los relatos "Murphy (1938) y "Cómo es" (1964) y dos colecciones de "Poemas" (1930 y 1935). Una de sus últimas obras es "Compañía" (1980), donde resume su actitud de explorar lo inexplorable. Tanto en sus novelas como en sus obras Beckett centró su atención en la angustia indisociable de la condición humana. Asimismo, experimentó con el lenguaje hasta dejar tan sólo su esqueleto, con una prosa austera y disciplinada, salpicada de un humor corrosivo y alegrada con el uso de la jerga y la chanza. Su influencia en dramaturgos posteriores, sobre todo en aquellos que siguieron sus pasos en la tradición del absurdo, fue tan notable como el impacto de su prosa. Murió en París el 22 de diciembre de 1989.
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