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domingo,
10 de
abril de
2005 |
Por si queda algo de tiempo...
El Convento de San Francisco, la Catedral y el Alcázar, lugares que deben figurar en la agenda
Sevilla se puso en el candelero internacional con la Exposición Universal de 1992. El mundo la admira desde entonces como ciudad moderna y costumbrista a la vez, también como centro de negocios y político de una Andalucía cada vez más desarrollada y más bella. Su patrimonio atestigua que en el pasado, fenicios, griegos, cartagineses, romanos y musulmanes pudieron conquistarla, mas no retenerla. Su espíritu es libre, y eso es lo que se respira a cada paso.
Un rápido recorrido por sus calles comienza en el corazón de la ciudad, en la plaza Nueva, en el antiguo solar del Convento de San Francisco. En el centro domina el monumento dedicado al conquistador de la ciudad, Fernando III. A un paso de allí encontramos el Ayuntamiento, de estilo neoclásico, a cuyas espaldas se abre la plaza de San Francisco, mudo escenario de la trajinada historia sevillana.
La mezquita mayor
Más adelante llegamos al mayor templo gótico del mundo, la catedral, construida en 1401 sobre la antigua mezquita mayor. Aunque hay varias puertas de acceso, conviene utilizar una orientada hacia la plaza de la Virgen de los Reyes.
En el interior nos espera una de las mayores colecciones escultóricas de Occidente, a partir del siglo XV, de la cual se sigue haciendo un paciente inventario actualmente, de acuerdo a lo que informan sus responsables. Junto a la Puerta del Príncipe un sepulcro celebérrimo, el de Cristóbal Colón, aunque el tema sigue siendo una controversia aún no zanjada que involucra también a la República Dominicana, que reivindica la posesión de los restos del almirante.
La catedral es la segunda pinacoteca de la ciudad por el número de lienzos que atesora. Allí están obras de Murillo, Zurbarán, Goya, frescos como el de Nuestra Señora de la Antigua, en la capilla bajo esta advocación, realizados en el siglo XIV, a la que se encomendaban los que embarcaban hacia América, además de otras creaciones de prestigiosos pintores españoles y extranjeros. La Giralda es uno de los pocos restos que quedan de la antigua mezquita almohade, como parte del conjunto que integra la catedral. A esta torre de 103 metros de altura se la considera hermana de la Kotobyya, de Marrakech, y de la gran torre de la mezquita de Al Asan, de Rabat.
Junto a la catedral, el famoso Archivo de Indias, antigua Lonja o casa de mercaderes, cuya construcción se inició en 1584. En él se conservan más de 40 mil legajos, documentación referida al gobierno y administración del Nuevo Mundo durante el dominio español.
Y en las inmediaciones nos encontraremos con el Alcázar, palacio que sigue siendo usado como residencia oficial de los reyes Juan Carlos I y Sofía cuando visitan la ciudad. Constantes remodelaciones han enriquecido su valor artístico y arquitectónico, en el que se suman jardines, fuentes, cúpulas y esculturas.
Tal vez quede resto para conocer la isla de la Cartuja, sede de la Expo 92. Para ello habría que volver a Sevilla, quizá con el pretexto de otra Feria de Abril.
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