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domingo,
10 de
abril de
2005 |
Cementerio de la Recoleta: Paseo de la eternidad
Algunos de los más destacados protagonistas de la historia argentina descansan en este verdadero
museo al aire libre. Una visita infaltable para los que van de visita a la ciudad de Buenos Aires
Nació como camposanto de la Iglesia del Pilar. Los monjes recoletos decidieron donar parte de su huerta para un osario público y fue el intendente Torcuato de Alvear quien ordenó su remodelación. Hoy, numerosos personajes de la historia descansan en bóvedas de alto valor artístico en el cementerio de la Recoleta.
Entre los sitios más destacados se encuentra el mausoleo del general Carlos de Alvear que está realizado en granito enartellinado y posee dos grandes pilares que sostienen un arquitrabe y enmarcan una doble puerta de bronce. Cruces latinas, guirnaldas de laureles y el nombre del prócer, todo en relieve, decoran este trilito. Alvear se destacó en España luchando contra Napoleón; de regreso a Buenos Aires fue segundo jefe del cuerpo de Granaderos a Caballos creados por José de San Martín y director supremo y jefe del Ejército de Operaciones contra el imperio del Brasil.
Murió en 1852, en New York. En el mausoleo se encuentran además, su hijo, Torcuato de Alvear, primer intendente de Buenos Aires, a quien se debe su remodelación al estilo francés, y su nieto, Marcelo Torcuato, abogado y político, que ejerció la presidencia de la República.
En la calle principal a pasos del Cristo central se encuentra la bóveda que guarda los restos de Manuel Dorrego. La construcción es una pirámide; posee una puerta de hierro trabajada artísticamente, que permite ver en su interior la urna de mármol blanco donde descansan los restos de Dorrego. Esta figura de la historia argentina llegó a ser gobernador de Buenos Aires. Durante su gestión se firmó el tratado de paz con el Brasil. Juan Lavalle lo combatió y derrotado por Dorrego es perseguido y fusilado, por orden de Lavalle. Rosas dispuso que sus restos fueran llevados a la Recoleta, en 1829.
Otro de los mausoleos dignos de ser visitados es el del almirante Guillermo Brown. El sitio está compuesto por una columna circular que se levanta sobre un templete en cuyo interior se halla la urna donde descansa el marino. Está realizada en bronce proveniente de una fundición de los cañones de las naves que él mismo comandó. Detrás de esta urna, hay una más pequeña de madera, perteneciente a su hija Elisa. En las distintas caras del templete se exhiben placas que representan diversos episodios navales. La columna remata en un capitel corintio que culmina en una alegoría de velas desplegadas y cascos de navíos antiguos.
El mausoleo del teniente general Richieri está ubicado en un lugar privilegiado en diagonal al Cristo central. Es una importante conjunción de diseño arquitectónico y presencia de relevantes obras escultóricas. Delante del mausoleo se luce una estatua de un militar con marcada atención al ropaje y complementado por panales de bronce y figuras femeninas. Richieri modernizó el Ejército Argentino; por su iniciativa se creó Campo de Mayo y fue autor del proyecto de ley que instituyó el servicio militar obligatorio, actualmente derogado.
Un grupo escultórico con un volumen cúbico revertido en granito negro que sirve de pedestal a dos ángeles protagoniza la bóveda de la familia José C. Paz. Uno de esos ángeles invoca a una mujer desfalleciente y el otro, ascendente, todo realizado en mármol, de delicado detalle y gran dinamismo, rematado por una importante figura alada señala el infinito, la eternidad.
José C. Paz fue ayudante del General Mitre en Pavón y militó en el Partido Autonomista. Fundó el diario La Prensa, luego fue diputado nacional y representante diplomático en París y Madrid.
En honor a la niña
Hija de un destacado escritor, Rufina Cambaceres murió a los 19 años. Su madre decidió construir, vecina a la bóveda familiar, el sepulcro para su hija. De ello resultó un importante monumento art nouveau con una estilización de líneas curvas y profusión de tallos, hojas y flores. Se representa a Rufina de pie, frente a la puerta tocando el picaporte como para abrirla. Esta representación artística sumado a la circunstancias de su sorpresiva muerte, dieron lugar a que se tejieran diferentes leyendas en la sociedad porteña de la época, que continúan vigentes hasta la actualidad.
El sepulcro de Domingo Faustino Sarmiento se encuentra sobre un podio de base cuadrangular revertido en mosaico donde se yergue un obelisco coronado por un cóndor realizado en bronce en cuya base se encuentra la siguiente inscripción: "Civilización y Barbarie". Asimismo, en la parte inferior se ven dos altorrelieves, uno representa al dios Mercurio y tiene grabado un pensamiento del prócer, en el otro lo representa con algunos niños a su alrededor y reza. Sarmiento fue educador, escritor y militar. Fundador de la Escuela Naval y de la Militar, también fue periodista, gobernador de San Juan y presidente de la Nación.
La bóveda de Evita
Uno de los lugares del cementerio permanentemente visitado por argentinos y turistas de todo el mundo es la bóveda que guarda los restos de Eva Duarte. Es de línea art decó y se destaca en ella el tratamiento de las pilastras y el frontón que enmarca la puerta de bronce ricamente adornada con festones, flores y hojas estilizadas. La construcción está remarcada por un bracero encendido, simbolizando la eternidad.
Allí descansa Evita, la mujer que desarrolló una fecunda labor social a favor de los más necesitados durante la primera presidencia de su esposo, el general Perón. Murió en plena juventud y luego de un largo peregrinar sus restos fueron depositados en esta bóveda, en 1976.
El mausoleo de Carlos Pellegrini se encuentra en el camino central. Fue realizado por encargo del Jockey Club para guardar los restos de su fundador y primer presidente. En la parte superior se destaca la figura del estadista y a sus pies la República con un niño, uno de sus hijos, que viene a rendirle homenaje. A ambos lados, los símbolos de la agricultura y la ganadería, dado que fue autor de proyectos de ley para el desarrollo de la riqueza del país. En su parte central, un friso representa el frente de la que fuera sede del club. Pellegrini fue abogado, diputado, ministro y vicepresidente del país.
En todo momento la Recoleta es un paseo que atrapa por su arte, su toque místico, y porque además, está rodeado de atractivas ofertas gastronómicas y de un rico patrimonio arquitectónico. Ideal para aquellos que quieran pasar un día inolvidable.
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Fotos
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El aristocrático cementerio, en el corazón de Recoleta.
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