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domingo,
10 de
abril de
2005 |
[Lecturas]
Un descenso al infierno
Narrativa. <b>"La pasión de María"</b>, de Carlos Chernov. Editorial Alfaguara. Buenos Aires, 2005, 293 páginas. $ 27.
Carlos Roberto Morán / La Capital
Luego de un silencio narrativo de ocho años, Carlos Chernov (Buenos Aires, 1953), retorna a la novela con esta historia que casi sin hesitación nos sumerge en el infierno del "proceso" militar, esa dictadura que tanto mal causó y que sigue siendo no sólo tema de debate sino que lamentablemente por motivos diversos aún planea sobre nuestra realidad.
Para referirse a ese tiempo siniestro el autor de "Anatomía humana" (Premio Planeta en 1993) nos habla de la pareja constituida por María y Luis, jóvenes comprometidos de su época que luego de tener militancia universitaria no vacilan en vincularse con los grupos armados que entonces operaban en el país. Chernov diferencia a María, joven hija de un general que si bien establece distancias con su familia no termina de estar convencida de que la salida sea el camino de las armas, de Luis, un judío pobre de la zona de Avellaneda quien por sus ideales deja todo de lado, incluyendo a su familia. Incluyendo, aunque no lo desee, a la propia María.
El libro está dividido en tres partes. En la primera de ellas, "María y Luis", el autor nos cuenta la vida de una pareja en los 70 de la Argentina o, más estrictamente, del Buenos Aires violento de dicha época. Lo que le interesa en este caso a Chernov es mostrar a la pareja ubicándose de una manera distinta ante la violencia armada: María con sus dudas y más atenta a la vida cotidiana y a su embarazo que al compromiso guerrillero y Luis, en cambio, jugándose por sus ideales al punto de hacerse colocar una muela con cianuro para tener la posibilidad de optar por el suicidio antes de caer detenido.
La segunda parte del relato ubica a María nada menos que un siniestro campo de concentración, donde es torturada y violada sistemáticamente y en el que establece una compleja relación con uno de sus carceleros, al que llaman Largo. Aunque Chernov se cuida de adjetivar, todo cuanto narra sobre las humillaciones que padece María repercute fuertemente en el lector. El escritor no elude la toma de posición y tampoco condesciende cuando se refiere a los torturadores que se abusan de la debilidad intrínseca de la protagonista, que es sometida a afrentas de toda clase sin que se considere en ningún momento su condición de embarazada.
En la segunda parte del texto se establece la sinuosa y siniestra relación de María y Largo (Pedro, de nombre), en tanto que en la tercera parte ("María y Martín"), que transcurre años más tarde, en los 90 del siglo pasado, Chernov nos cuenta sobre la relación, ciertamente impensada, que se termina dando entre la protagonista, que retorna del exilio, y el hijo de Largo, acerca de la cual corresponde no detenerse acá. En esa tercera parte, pero desde otra perspectiva, también reaparecerá Pedro y se conocerá la suerte corrida por Luis, aunque el personaje central terminará siendo Martín, un chico conflictuado que no termina de encontrar su lugar en el mundo y que mantiene una muy difícil relación con el padre.
Chernov narra con una cierta frialdad expositiva, como si presentara una suerte de informe. Ese ejercicio de distanciamiento le permite sumergirse en el infierno de la dictadura sin exageraciones ni excesos expresivos que hubieran dañado al texto. Al mismo tiempo se ha ceñido demasiado al realismo, sin permitirse narrar desde otro ángulo, más renovador y más rico desde una perspectiva literaria.
Le ha importado contar una historia centrada en esos años miserables, que aún hoy hay quienes los defienden. Y le ha importado hablar de María, quien logra recuperarse y buscar pese a todo aquello que le termine devolviendo la dignidad que trataron de usurparle.
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