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domingo,
10 de
abril de
2005 |
El próximo Papa enfrentará una Iglesia Católica dispersa
La Iglesia Católica, la más antigua y grande y quizás la más diversa de las iglesias del mundo, presentará un único desafío al hombre que será elegido a final de mes para suceder al carismático Papa Juan Pablo II.
Los 1.100 millones de católicos se expanden vigorosamente en los países en desarrollo pero se están estancando en la Europa en que surgió.
Los católicos abarcan un espectro que va desde campesinos devotos a intelectuales críticos. Las opiniones en cuestiones como la ordenación de mujeres o la anticoncepción van desde el "!sí, por favor!" hasta el "!no, jamás!"
Estas tendencias parece que van a continuar durante el próximo papado, no importa su duración, y separará aún más a los católicos del ideal de una única e inamovible iglesia que se mantuvo inmutable durante siglos hasta la revolución cultural de los años 60.
"El nuevo Papa tendrá un problema y será el problema del futuro, mantener la unidad en la diversidad", dijo el cardenal de Bruselas Godfried Danneels en declaraciones sobre el legado de Juan Pablo II.
"Cada vez más en un futuro cercano, las diferentes regiones del mundo serán más diferentes", añadió.
Cada continente parece tener sus propios retos: la pobreza en Africa, el secularismo en Europa, los abusos sexuales del clero en Estados Unidos, la competencia de los protestantes en Latinoamérica y el dominio de otras religiones en Asia.
Los cardenales que deben elegir al próximo Pontífice hablan de distintas iglesias cuando destacan los desafíos que se avecinan. Los latinoamericanos raramente mencionan el problema de los templos vacíos en Europa, mientras que los escándalos de abusos sexuales tienen escasa cabida entre las preocupaciones de los asiáticos. (Reuters)
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