Elecciones 2005. Jorge Boasso acusó de traidora a la cúpula partidaria

Boasso: "Nos estamos pintando la cara para la batalla con los cabezones radicales"

El concejal rosarino dio como consumada la alianza entre el PS y la UCR, pero advirtió que hay indignación en las bases

Walter Palena / La Capital

"Nos estamos pintando la cara para darles batalla al socialismo y a los cabezones del partido". Con esta expresión, el concejal radical Jorge Boasso dejó en claro dos cosas: que el acuerdo entre el Partido Socialista (PS) y la UCR ya es un hecho y que un numeroso grupo de dirigentes radicales no está dispuesto a participar de esa alianza.

A pesar de que los operadores de ambos partidos abrieron un cuarto intermedio hasta que la convención radical defina la política electoral el 18 de abril próximo, Boasso definió a esa instancia como "una farsa" ya que los "cabezones" del partido tienen todo acordado con el PS, incluso los nombres que integrarán la lista de candidatos a diputado nacional.

Boasso ubicó entre los "cabezones" a Felipe Michlig, Carlos Iparraguirre, Juan Carlos Millet, Hugo Storero y Carlos Fascendini. "Le dieron la espalda a la base, que no quiere una alianza con el socialismo, y van a pagar en las urnas por esa traición", auguró a La Capital el dirigente rosarino.

El acuerdo que están enhebrando radicales y socialistas tomó mayor densidad el jueves, cuando se reunieron Michlig, Raúl Molinas, Julián Galdeano y Federico Pezz, en representación de la UCR, mientras que por el PS participaron Raúl Lamberto, Antonio Bonfatti, Alfredo Cecchi y Eduardo Di Pollina.

Ese encuentro, al que definieron como "exploratorio", estuvo precedido por otros cónclaves en los que tuvo particular injerencia el ex intendente Hermes Binner, el hombre que aspira a liderar la lista de aspirantes a diputado del naciente Frente Progresista Cívico y Social.

Para llegar a esta entente, los socialistas tuvieron que responder afirmativamente a un borrador que les entregó la cúpula radical. Pero cuando parecía que se iba a sellar el acuerdo, surgieron diferencias sobre quién ocuparía el primer lugar entre los candidatos a diputado nacional. El PS sigue considerando "innegociable" a Binner para ocupar ese sitio, mientras que los radicales lo quieren para sí. De todas formas, quedaron en volver a hablar luego de que la convención radical, prevista para el 18 de abril, defina su posición electoral.

"Esto es una tomadura de pelo, una farsa. Los convencionales responden a los caciques, por lo que todo está dicho: se consumó la alianza entre y para los cabezones", bramó ayer Boasso luego de una reunión que mantuvo con René Bonetto y otros importantes referentes del radicalismo rosarino que integran el Nuevo Espacio Radical (NER) y el Movimiento de Participación Radical.

Boasso, quien ofició de vocero del radicalismo anticabezón, aseguró que la base partidaria, la mayoría de los intendente y presidente de comuna, más una considerable cantidad de concejales de toda la provincia, no quieren saber nada con aliarse al socialismo. "Cuando las autoridades nos convocaron para saber qué opinábamos, eso quedó claro, pero así y todo actuaron de espaldas a las voces críticas; es decir, a espaldas de la mayoría del partido", apuntó.

Según el dirigente rosarino, la "traición de los cabezones" se comenzó a gestar el 10 de febrero pasado, cuando las autoridades partidarias los citaron para analizar la estrategia electoral de la UCR. "Nos convocaron a las siete de la tarde, pero luego nos enteramos de que ya se habían reunido con los socialistas al mediodía. Tenían todo cocinado", denunció.

Boasso dijo que el clima que impera en la base radical es de "indignación" frente a lo que él considera como una alianza ya consumada, a pesar de que las propias autoridades partidarias aseguraron el jueves que no todo está acordado y que falta definir la cuestión en la convención provincial.

"Repito: a los convencionales los eligieron los cabezones, así que decidirán lo que les ordenen ellos", apuntó.

"¿Si la cúpula radical decide la alianza, ustedes van por fuera del partido?", preguntó La Capital, a lo que Boasso infló el pecho y contestó: "De ninguna manera, nos estamos pintando la cara para ir a la batalla interna, presentaremos nuestra propia lista. Tenemos que terminar con la subordinación radical hacia el socialismo. Con el esquema que sea, es hora de rescatar la identidad del partido para volver a ponerlo de pie. No queremos más genuflexos".

Mientras Boasso hacía su catarsis, desde el lado del socialismo todo era cautela, una señal de que el problema ahora lo tienen que resolver los radicales. Aunque una alta fuente del PS dejó entrever a La Capital que la presunción de Boasso no está tan errada: la alianza ya está consumada.

Boasso adelantó que competirá en la interna de la UCR.