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sábado,
09 de
abril de
2005 |
Yo creo: "Lo personal antes que la cifra ajena"
Fernando Toloza / Escenario
Las miserias del rating televisivo hacen pensar en el espectador como un operador de Bolsa: pujando por un punto más, llorando por uno menos, aunque sin los beneficios que se cuecen en el mercado bursátil. Entonces, como decía Blasco Ibáñez (proveedor de éxitos de Hollywood como "Los cuatro jinetes del apocalipsis" y enemigo ilustre de Rosario), no hay espectáculo más deprimente que ver los negocios ajenos. Parece que el espectador es beneficiario del rating pero no... Por eso, ya que no es nuestro negocio, mejor pensar en otras cosas, como la participación de Seu Jorge en la película "Vida acuática", de Wes Anderson, y pensar también en la misma historia del filme, en las sensaciones que alimenta.
La primera sensación, y que se mantiene a lo largo del filme, es el deseo. Deseo de estar dentro de la película. El cine presenta cada vez menos películas en la que den ganas de estar. "Vida acuática" viene a sumar a un rubro en déficit y le rinde, a la vez, un homenaje al capitán Jacques Costeau, ese maestro que hizo del mundo marino un lugar para soñar. Es un homenaje de "verdad", no una parodia como se dijo. Elige, para el tributo, el camino indirecto, que muchas veces es el que mejor capta el espíritu de una persona o de una situación.
Pero el tema era Seu Jorge, cómo desde un papel secundario va marcando el desarrollo de la película con una guitarra española y con versiones de canciones de David Bowie que toca porque sí y, a veces, en los momentos menos oportunos (como cuando está haciendo guardia y por detrás de él se aproxima un grupo de piratas).
Nacido como Jorge Mario da Silva en una favela, Seu Jorge actuó en "Ciudad de Dios", de Fernando Meirelles, en la que fue Mané Galinha. Antes de llegar a la actuación hizo de todo y conoció la tragedia de cerca (mataron a su hermano en una favela). La música fue su anclaje con la vida. Y eso se advierte en su forma de cantar y tocar. A fines del mes pasado llegó a las disquerías su álbum "Crudo". Tal vez ya esté la banda de sonidos de "Vida acuática", aunque no sabría decir si es mejor escucharlo antes de ir al cine o después. Tal vez cualquiera de las dos experiencias sea más gratificante y personal que seguir la evolución de los porcentajes ajenos.
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