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sábado,
09 de
abril de
2005 |
La noche. En el Concejo se redacta un nuevo proyecto para modificar la norma y la cifra de clientes permitidos
El reclamo de los boliches dispara
el debate por el factor ocupacional
Los dueños dicen que así
no pueden trabajar más. El municipio, mientras tanto, sigue con los operativos
Las inspecciones y clausuras de las discos disparó el debate del factor ocupacional de estos locales que por ordenanza municipal contempla la estadía de tres personas cada dos metros cuadrados. Los bolicheros salieron con los tapones de punta argumentando que la cantidad de gente tolerada por la norma vigente no les permite trabajar, mientras que el municipio redobla los controles en este punto y en el Concejo Municipal ya se redacta un proyecto para modificar la cifra. En tanto, esta noche la Dirección de Inspección hará un megaoperativo para detectar la presencia de menores en boliches y verificar que la cantidad de asistentes sea la permitida según el factor ocupacional estipulado.
"Nunca me habían clausurado, me dijeron que no podía tener más de 750 personas. Jamás se controló esta cifra o este aspecto. Con esta fórmula no se puede trabajar, en ningún rubro, y ellos lo saben", aseveró Marcelo Groisman, apoderado de la discoteca céntrica Sonic, la única para menores de entre 14 a 18 años.
Es más, el empresario presentó un escrito en el Concejo Municipal donde califica a la ecuación del factor ocupacional exigido de "disparatado, absurdo, antieconómico y de imposible cumplimiento".
Groisman también cuestionó las superficies habilitadas e interpeló a los ediles para saber por qué en los boliches de mayores se habilita una superficie de hasta 750 metros cuadrados, pero para los de menores sólo 500 metros cuadrados. "¿Cuál es el motivo o fundamento para que midan 500 metros cuadrados? ¿Por qué obligar a los interesados en este rubro a reducir instalaciones y transformarlo en incómodo y peligroso para el desplazamiento de los chicos?", interrogó el empresario. Según sus cálculos la cifra ideal es de tres personas por metro cuadrado.
En la misma sintonía se expresó el gerente de Relaciones Públicas de los negocios Louis y Satchmo, Diego Prince. "Hay que cambiar esta norma a tres personas por metro cuadrado, es lo que se debe permitir, no sé si todos los locales tienen las condiciones de seguridad suficientes pero hay muchos otros que sí, de otra forma no podemos trabajar", afirmó. A renglón seguido aclaró que apoya los controles municipales con respecto a los sistemas de seguridad de los negocios. "Es la obligación que tenemos los empresarios, garantizar la seguridad de la gente", admitió Prince.
Se viene la polémica
Lo cierto es que otras voces de empresarios se alzaron en contra de la embestida municipal para hacer cumplir las reglas vigentes. En ese marco, la justicialista Luisa Donni recogió el guante y pasado mañana presentará en el Concejo un proyecto para modificar este artículo y aumentar de tres a cinco las personas por cada dos metros cuadrados. La decisión de la concejala promete al menos traer polémica.
Es que la discusión está atravesada por la tragedia que se produjo en el boliche Cromañón, de la ciudad de Buenos Aires, cuando el 31 de diciembre pasado a causa de un incendio murieron 193 jóvenes.
"Voy a proponer que se permitan cinco personas cada dos metros cuadrados, claro que si esto supone rever las medidas de seguridad, lo haremos. Pero no hay que ser hipócrita, porque creer que los accidentes se dan por la cantidad de gente que asiste a un boliche es falso", se despachó Donni.
Ya la concejala socialista Silvia Augsburger adelantó su rechazo. "En principio me parece una locura ponernos a discutir esto ahora. En primer lugar porque existió un Cromañón y en segundo lugar porque si hay normas hay que cumplirlas. Si los bolicheros quieren discutir algún aspecto, está bien; pero mientras tanto que cumplan las ordenanzas vigentes a rajatablas", disparó la socialista.
Otro que anticipó su negativa fue el radical Jorge Boasso. "Toda norma es perfectible pero hay que tener mucho cuidado con estas cuestiones que tienen que ver con la vida de la gente. Si no hay informes técnicos de expertos, de la policía, de los bomberos, ni loco levanto la mano para cualquier transformación planteada", aseveró el edil.
El propio presidente del Palacio Vasallo, Agustín Rossi, admitió que las normas internacionales recomiendan para espectáculos públicos una persona por metro cuadrado. Es más, el justicialista agregó que esta ecuación es la que rige en todo el territorio santafesino, sin embargo confesó no saber si las normativas en rigor se cumplen. "El problema fundamental es el de la seguridad, habría que hacer las pruebas de los sistemas de seguridad. Es decir, ver en cuántos segundos o minutos se puede desalojar un sitio ante una emergencia, a lo mejor se puede compensar un público más numeroso con el incremento de las puertas de emergencias o aparatos de última generación de detección y apagado de incendios; en fin, creo que eso es lo que se puede discutir", agregó Rossi.
Para el subsecretario de Gobierno, Horacio Ghirardi, no hay demasiado espacio de discusión dentro del Ejecutivo. "Desde el municipio no vamos a impulsar ninguna modificación. Más allá de algunas limitaciones la normativa es buena y estamos comprometidos en trabajar para que se cumpla en todos sus aspectos", aseveró el funcionario.
Finalmente, el intendente Miguel Lifschitz dijo que "no soy partidario de modificar la ordenanza y el factor ocupacional", aunque aventuró la conformación de una comisión "donde vamos a invitar a los empresarios del sector para analizar puntualmente los casos". En ese aspecto coincidó con Rossi: "Puede ser excepcionalmente en algunos casos muy puntuales, donde hubiera condiciones de seguridad, de acceso y salidas de emergencia. Tal vez se pudiera pensar en algunos cambios, pero muy reducidos". Y ratificó: "Yo no modificaría la ordenanza".
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Muchas confiterías cerradas por superar el límite de gente permitido.
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