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sábado,
09 de
abril de
2005 |
Para que no
le pase a otro
Soy mamá de una nena de cinco años que empezó con muchas expectativas su primer grado. Año de cambios para las dos, nueva escuela a la que sólo veíamos por afuera y que de a poquito vamos conociéndola en cada rinconcito, y a cada maestro en particular. Nuevos compañeritos y nuevas familias que empezamos a reconocer con el correr de los días. Nuevo uniforme al que nos tuvimos que amoldar, hasta una corbatita que debemos llevar. Cuántos cambios estamos viviendo y cuántos vendrán. Así es como esta mamá mira orgullosa el crecimiento de su bebé: "Ya es toda una niña, aunque sea corta su edad". Pero esta mamá tiene que trabajar y así tuvo que utilizar un recurso llamado transporte escolar. Con aportes de otros papás y del personal de la escuela llegué hasta el señor del transporte escolar y tuve que aceptar dejar sola a mi nena al volver de estudiar. Con muchos miedos y con la alegría de ella al escucharla opinar que odo funcionaba normal, hasta que un día no la pasaron a buscar. ¿Acaso un niño de cinco años puede tomar la decisión de no volver con el transporte escolar, sin que su mamá deje bajo notificación dicho cambio? Dejo mi experiencia y mi pensamiento porque soy madre trabajadora, y más de una está en la misma situación que yo. Hoy fue Valentina y espero que no le pase a ningún otro chiquito.
Andrea González
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