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sábado,
09 de
abril de
2005 |
El bandoneón
de José Libertella
¿Qué sería del tango si no fuera por el bandoneón? Seguramente estaría perdido en oscuros avatares. ¿Qué sería del bandoneón si no hubieran existido seres intuitivos como José Libertella, que emitieron en forma descollante melodías y armonías de las lengüetas metálicas vibrátiles de esa oscura caja abotonada? En una época de decadencia del afecto hacia lo nacional y lo popular, invadidos de desechos culturales extranjeros hábilmente manejados por las compañías discográficas cumpliendo con lo que Jauretche llamara la "colonización pedagógica|, José Libertella llevó la música que pertenece a la clase popular de nuestro pueblo al extranjero y al interior del país. En su continuo bregar su instrumento fue un bandoneón en la calle; hoy ya es un bandoneón en el cielo.
Nicolás Costantino
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