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sábado,
09 de
abril de
2005 |
Otro caso de
discriminación
El 28 de octubre de 2004 nació nuestro bebé. Se llama Santiago. Nació con mielomeningosele, enfermedad que no conocíamos hasta ese momento. Como Gustavo y yo no estamos casados, Santi está anotado en mi obra social, Sancor Salud. En el momento del nacimiento nuestro bebé fue internado y nos dijeron que sufriría una cirugía. Hace 12 años que Gustavo aporta a una prepaga, Med Medicus, y decidimos ingresar a nuestro hijo para que tenga una "mejor cobertura". Cabe destacar que antes de que nuestro hijo naciera. Gustavo llamó por teléfono a Medicus para su incorporación a dicha obra social: le dijeron que no habría ningún problema y que mi hijo estaría cubierto por el plan materno con todos sus beneficios, inclusive la leche. Pero lo tendríamos que incluir en el momento del nacimiento... Al nacer, con la constancia de nacido vivo certificada por el Colegio de Médicos, Gustavo se dirigió a Medicus para su inclusión a dicha prepaga haciendo saber de la enfermedad que padecía mi hijo. En ese momento fue rechazado con el pretexto de que no estaba anotado como hijo de Gustavo en el juzgado. Después de anotarlo con su apellido, partida en mano, certificado donde consta la enfermedad de nuestro bebé y certificado de convivencia donde consta que de nuestra unión nació Santiago, se dirigió a las oficinas de esta prepaga. Cuando leyeron el certificado le negaron rotundamente la atención a nuestro hijo alegando que ellos tienen derecho de admisión y no permitían pacientes enfermos. Solicitamos el rechazo por escrito, el cual dijeron que venía de Buenos Aires, donde está la casa central, pero el que nunca llegó "por razones administrativas". El estado de salud de nuestro hijo era delicado y no estábamos de ánimo para poner un abogado y pelear por la atención. Gracias a Dios que en mi obra social son humanos... Ellos le dieron a Santiago todo lo que necesitaba, incluso una válvula importada para su hidrocefalia. Le están dando toda la atención que necesita y a nosotros desde el calor humano de sus administrativas hasta la tranquilidad que contamos con una obra social solvente y por sobre todo que no discrimina a la gente enferma, porque cualquier prepaga ofrece el mejor servicio para personas sanas... Gracias a Dios, Santiago está fuera de peligro. Creciendo casi como un bebé normal y no precisamente por la imagen que nos ofreció Med Medicus, sino por la atención de Sancor Salud.
Gustavo Raschini y Patricia Lino
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