| miércoles, 06 de abril de 2005 | Para este año descartan una epidemia de gripe Dos infectólogos aconsejan vacunar a partir de este mes a los mayores de 65 años, niños y adultos con afecciones crónicas e inmunodeprimidos Belén Travesaro / La Capital "No existen evidencias científicas para esperar una epidemia o un brote mayor de gripe en relación a épocas anteriores". Así lo anunciaron a La Capital los infectólogos Esteban Nannini y Luis Flynn quienes recomendaron la vacunación de la población más vulnerable "antes de la llegada del invierno".
Las personas más expuestas a sufrir complicaciones a causa de la gripe son los niños mayores de seis meses y adultos con afecciones crónicas del sistema pulmonar y cardiovascular; aquellos con las defensas bajas y los mayores de 65 años, entre otros. "Ellos deben vacunarse todos los años debido a que el virus varía. También, toda persona que desee evitar enfermarse puede hacerlo", dijeron los especialistas.
"La vacuna de este año protegerá contra los tres tipos de cepas que se prevé estarán circulando en el país", aclaró Nannini. Por su parte, Flynn apuntó que las cepas que integran la vacuna "fueron las más frecuentes en el hemisferio norte durante el invierno pasado".
Todos los años la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa a nuestro país cuáles serán las cepas que circularán en el hemisferio sur durante el invierno. Es la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) la que comunica a las empresas farmacéuticas acerca de cómo elaborar la vacuna.
Indicaciones especiales Flynn y Nannini explicaron que la vacuna es eficaz entre el 70 al 90 por ciento en adultos menores de 65 años; y disminuye un poco en mayores de 70 años, aún así previene las complicaciones.
Quienes deben vacunarse son aquellos con mayores riesgos de sufrir complicaciones (neumonía, sinusitis y otitis media, entre otras). Los más expuestos son:
Los mayores de 65 años.
Los adultos y niños (mayores de 6 meses) con afecciones crónicas de los sistemas pulmonar y cardiovascular como cardiopatía, enfisema, asma grave, enfermedad pulmonar crónica e hipertensión pulmonar.
Los diabéticos.
Quienes tienen insuficiencia renal.
Las embarazadas en el 2º o el 3º trimestre de gestación.
Los inmunocomprometidos, sea por medicación (por ejemplo una persona que haya recibido un trasplante), por convivir con el virus del HIV, u otras enfermedades.
Personal de salud, empleados de instituciones geriátricas y convivientes de pacientes inmunocomprometidos.
Cualquier persona que desee reducir sus posibilidades de contraer la patología.
La gripe o influenza es una enfermedad producida por un virus que se disemina fácilmente por secreciones orales. Existen dos tipos principales (A y B) y varios subtipos del tipo A. Los anticuerpos producidos contra un tipo o subtipo del virus no provee protección contra los otros. Por lo tanto uno se puede enfermar más de una vez por temporada.
Cada invierno el virus tiene la capacidad de producir cambios en su estructura con lo cual deja de ser reconocido por el sistema inmune. Es por ello que cada vacuna debe ser actualizada de acuerdo a los virus circulantes en cada hemisferio.
"Mientras el resfrío afecta las vías respiratorias altas y no provoca mayores molestias, la influenza afecta las vías respiratorias bajas manifestándose con inicio brusco de fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, fatiga y síntomas respiratorios (tos, dolor de garganta y congestión nasal)", dijeron los profesionales.
Según Flynn algunas personas, en especial los adultos mayores, suelen confundir la gripe con el resfrío. "Es muy común escuchar quejas acerca de la inefectividad de la vacuna ante la aparición de un resfrío", subrayó.
El profesional agregó que es imposible que la vacuna produzca la enfermedad porque no está basada en virus atenuados, sino en partículas del virus que no producen la infección.
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