| domingo, 03 de abril de 2005 | Mató sin querer y quedó en libertad Es vendedor ambulante y abatió a un vecino en una confusa pelea a tiros entre dos grupos en zona sur. En unjuicio oral le dieron una pena en suspenso: se excedió pero no tuvo intención asesina porque disparó al voleo Un vendedor ambulante de 33 años, que estaba preso acusado de homicidio en exceso en legítima defensa durante una trifulca entre dos bandas en el barrio 17 de Agosto, fue puesto en libertad luego de que la Cámara de Apelaciones de Rosario resolviera en un juicio oral y público que en realidad mató a la víctima sin querer. No obstante, y al cabo de la audiencia efectuada a principios de este mes, el tribunal cambió la carátula del caso y lo condenó a tres años de cárcel en suspenso por homicidio culposo. En base a la buena conducta que el imputado tuvo en prisión se ordenó su excarcelación.
El fallo fue dictado a principios de marzo pasado por los camaristas de la Sala II, Ramón Ríos, Humberto Giménez y Juvencio Mestres. De acuerdo al dictamen, Ramón Genovevo Merlo no tuvo intención de asesinar a Néstor Daniel Díaz, un vecino suyo, quien recibió un tiro en el pecho en la tarde del 6 de enero de 2002. Los magistrados entendieron que si bien Merlo no midió el resultado de su acción al esgrimir un arma, el fatal desenlace del episodio se desencadenó "en la confusión imperante" en la pelea entre dos grupos antagónicos. En ella los dos protagonistas no tuvieron nada que ver o al menos estaban en el mismo bando.
Así y todo, los jueces le impusieron una pena de 3 años de prisión en suspenso porque consideraron que el acusado debió medir las consecuencias de su acción.
El incidente se desató cerca de las 16 en España entre Acoyte y Khantuta, en la zona sur de la ciudad. Las circunstancias que dieron origen a la pelea nunca pudieron ser aclaradas. Dos grupos comenzaron una violenta reyerta en el pasaje América y España. En principio la disputa fue atribuida a la guerra entre Monos y Garompas, tristemente célebre en barrio Las Flores por la cantidad de muertes que se le adjudican.
Díaz, un hermano suyo y su cuñado se acercaron para ver qué sucedía. En ese momento se produjo un desbande. Según se informó en aquel día, dos muchachos que participaban de la gresca se separaron y a los pocos minutos regresaron con sendas armas de fuego en las manos y comenzaron a disparar.
En medio del violento altercado, Díaz fue alcanzado por un plomo en el pecho. El hombre herido hizo que los contrincantes se dispersaran en diferentes direcciones. El muchacho fue auxiliado por familiares y allegados que lo cargaron en un vehículo y lo llevaron al Hospital Roque Saénz Peña, donde murió a los pocos minutos de ingresar. La investigación realizada por la Brigada de Homicidios y la subcomisaría 19ª de Las Flores derivó en las primeras detenciones. Primero fueron dos hombres los sindicados como presuntos autores del crimen, pero al cabo de un tiempo el juez de instrucción Eduardo Suárez Romero los tuvo que excarcelar porque las pruebas reunidas en su contra no eran suficientes.
Luego, la pesquisa se orientó hacia Merlo, vecino de la víctima y también vinculado a Los Monos. Testigos que declararon en la causa precisaron que Merlo fue visto esgrimiendo un arma en el lugar del hecho e incluso disparando al menos una vez. La policía lo detuvo y el juez Suárez Romero lo procesó el 15 de mayo de ese año como autor de homicidio en exceso de la legítima defensa. La resolución fue apelada por el defensor de Merlo, al sostener que su cliente no tuvo intención de matar y solicitó la realización de juicio oral y público.
Si bien durante el proceso Merlo negó haber disparado, los indicios colectados en la causa, entre ellos los testigos que lo vieron armado, alcanzaron para imputarle en la parte final del proceso el homicidio, pero no así la intencionalidad. "No se probó que haya tenido intención de matar a Díaz. Ambos eran vecinos y amigos, no tenían problemas entre ellos y Merlo está casi ciego. Todo se produjo en el desbande, cuando muchas personas corrían y Merlo efectuó un disparo voleo que impactó en Díaz, que justamente corría detrás de él", manifestó un allegado a la causa.
"No se pudo probar que haya tenido intención de matar, pero el tribunal le aplicó una pena de prisión en suspenso con lo que impuso una sanción. Y salió en libertad porque el delito es excarcelable y el imputado no tenía antecedentes", agregó la fuente. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los Tribunales, donde enjuiciaron a Ramón Merlo. | | |