| domingo, 03 de abril de 2005 | El juego de la dama y los millones para Rosario Mauricio Maronna / La Capital Casi en paralelo con el humo blanco y el habemus Papa que en algún momento concentrará las miradas y los oídos de la aldea global, la clase política argentina estará observando y escuchando la resolución del gran enigma de estos tiempos de grisura nativa: el desembarco o no de Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires. En Santa Fe, más allá de actos y declaraciones altisonantes, el hecho más importante llegó de la mano del presidente, quien, en pleno año electoral, esquivó los gestos y anunció que destinará 30 millones de pesos para que el intendente Miguel Lifschitz (léase el PS rosarino) no tenga inconvenientes en la reparación de las destartaladas barrancas de la costa central. ¿La transversalidad murió o está en el freezer?
"El día en que el presidente juegue la dama en la provincia de Buenos Aires habrá empezado la guerra. No me vengan con eso de que podría consensuarse la lista con los duhaldistas y que la candidatura de Cristina oxigenará al peronismo bonaerense. Ese hecho será la demostración de que el presidente irá con todo y que Duhalde empieza a perder la batalla", sentenció no hace mucho tiempo un senador nacional que observa los movimientos antes de explicitar públicamente su adhesión a esa construcción particularísima que se denomina "kirchnerreutemismo".
El rastreo de fuentes que hizo La Capital para conocer el destino de la bella Cristina demostró que la movida es un secreto de Estado, más allá de las operaciones y las encuestas de Artemio López (casi lo mismo) que le dan a la mujer una intención de voto más alta que las nubes.
* "Va a ser candidata por Santa Cruz. Ahí saca el 80% de los votos sin necesidad de ensuciarse los zapatos en el conurbano acompañada por los intendentes y punteros más impresentables", confió un funcionario con despacho en Balcarce 50.
* "El Ruso (por Kirchner) mete la puntita para acorralarlo a Duhalde y negociar una lista fifty fifty con Cristina a la cabeza", fue la interpretación de un influyente subsecretario de la Jefatura de Gabinete, que no ocultó su desdén por Felipe Solá: "Es un gobernador con fecha de vencimiento que quiere posicionarse como candidato a vice si Kirchner va por la reelección".
* La sorpresa llegó desde el ARI, donde no descartan que la senadora se postule por la Capital Federal. "Es la única que le puede ganar a Lilita", admiten.
Cuando el santacruceño decidió con valentía ponerse al frente de la campaña electoral al anunciar que se plebiscita su gestión, varios funcionarios entraron en pánico. El justicialismo arrancó 0-2, con derrotas en Santiago del Estero y Catamarca, y no tiene demasiados kirchneristas paladar negro al frente de las provincias.
Para poder incluir en las listas de candidatos a diputado y/o senador a dirigentes que reporten directamente a la Casa Rosada se comenzaron a tejer acuerdos que, obviamente, no serán desestimados por los mandatarios provinciales: el presidente necesita que los títulos de los diarios del día después del 23 de octubre destaquen un "contundente respaldo a la figura presidencial" y los gobernadores buscan desesperadamente que en la caja nacional existan las suficientes partidas. Suena a música conocida.
"Al no ser candidato a nada, el Lupín también sabe que necesita de un apellido Kirchner triunfante. Es por eso que evalúa por estas horas cómo posicionar a la dama", repiquetean unos y otros.
No es un dato menor que cinco gobernadores radicales estén intentando guardar un espacio para el kirchnerismo en las nóminas ni que el mandatario de Tierra del Fuego (también de la UCR) haya sido el primero en plantear en una solicitada la necesidad de que el presidente sea reelecto.
La movida motivó que el comité nacional del radicalismo saliera, el jueves, a aclarar que es "un partido de oposición". Nunca más oportuno ese dicho campero que previene: "No aclares que oscurece".
El radicalismo es hoy una sumatoria de cantones con necesidades distintas según el distrito de pertenencia. En Santa Fe seguirá sin resolución la batalla encarnizada entre quienes intentan recuperar la identidad partidaria y los que no trepidan en ir detrás de Hermes Binner para no perder su lugar en el vagón que conduce a alguna banca.
El acaparamiento mediático del derrotero de Juan Pablo II dejó casi sin espacio algunos hechos trascendentes que marcan hasta qué punto Argentina es un país que no salió del infierno. La vocinglería contra algunos militares (incluida la sanción a un uniformado por una carta de lectores que escribió su mujer), algunos curas, algunas empresas privatizadas y algunos empresarios no oculta que, como decía Juan Perón, la única verdad es la realidad.
El gobierno amplificó y vendió como una gran noticia el llamado telefónico de George W. Bush y el canciller Rafael Bielsa demostró con la dama de hierro Condoleezza Rice que nada se hará contra los intereses de la real politik que preocupan a Estados Unidos.
No se juega para la tribuna cuando el rival está en las grandes ligas.
Las primeras elecciones legislativas que debe sortear un presidente se constituyen en un trampolín hacia la reelección o en un tobogán hacia lo incierto. La derrota de Raúl Alfonsín en 1987 fue la extremaunción para su sueño de perpetuidad, el triunfo de Graciela Fernández Meijide en el 97 frente a Chiche Duhalde fue el preámbulo de la victoria aliancista en el 99 y el certificado de defunción para el delirio re-reeleccionista de Carlos Menem. Los próximos comicios de octubre signarán los dos últimos años de Kirchner.
Para quienes consideraban un capítulo superado los coqueteos del presidente con el socialismo rosarino, los 30 millones de pesos que la Nación le destinará a la Municipalidad para reparar la costa central cayeron como un mandoble en el PJ local. Kirchner sabe que buena parte del 50% de adhesión que recibe su gestión en Rosario proviene de ciudadanos independientes que en los últimos comicios pusieron en las urnas la boleta "Lifschitz intendente".
"¿Cómo nos sentimos? Como idiotas útiles. Armamos encuentros, seminarios y actos en toda la provincia para levantar las figuras de Kirchner y de Carlos Reutemann pero resulta que el poncho no aparece. Bah, aparece en las arcas de los socialistas", pareció resignarse un legislador nacional que "solamente reconoce el liderazgo de Carlos Reutemann".
En tiempos en que todo se reduce a cantar lo que entona el coro de moda, no está de más releer a John Stuart Mill: "Para algunos líderes, el arte de la política no se relaciona con el movimiento, sino con el posicionamiento. Más apasionados con sus ideas que con los tejes y manejes de la política del aquí y ahora, se agazapan en su lugar a la espera del momento oportuno para imponer su ideología, profundamente convencidos de que ese tiempo seguramente llegará. La persona que elige plantarse indómita en sus instintos y allí permanecer aguarda que la historia, tras una serie de derrotas, la conduzca hasta la victoria final".
La cita suena a utopía en una provincia (o en un país) donde su clase dirigente (en este caso el justicialismo) solamente tiene como premisa subirse a cualquier convoy que transite los rieles del poder.
Farfulladamente, hoy todos quieren treparse a la línea K. Es el tren que pasa.
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