| domingo, 03 de abril de 2005 | Panorama político Los pasteles pintados Carlos Duclós / La Capital Los orientales tienen un proverbio que dice: "Dibujar pasteles para matar el hambre". El viernes, poco después del mediodía cuando se precipitó ese aguacero que en poco menos de quince minutos anegó muchas calles rosarinas, algunos se acordaron de este dicho y pensaron que de alguna manera el gobierno hacía honor a esta frase tan ingeniosa. Carteles, publicidad y exclamaciones de orgullo porque hemos sido premiados ¿premiados por qué? ¿Esto de la ciudad premiada no son pasteles pintados para matar el hambre? Un repaso sobre la situación en la que se encuentra la ciudad da como resultado: un tránsito caótico con inspectores preocupados por recaudar mediante actas de infracción para las arcas fiscales antes que en prevenir accidentes; un parque que se desmorona por falta de controles; concesiones supuestamente mal hechas que el oficialismo y cierta oposición peronista no quieren investigar; calles rotas; un centro mal iluminado; barrios en las mismas condiciones que son caldo de cultivo de la delincuencia; calles sucias y algunas actitudes que son para el libro sobre disparates en materia de gobernabilidad. Actitudes como la que pusieron en evidencia dos vecinas de Fisherton hace días atrás. Se encuentran en una esquina y se desarrolla la siguiente charla:
-¿Qué hace ese hombre todo el día, desde hace un mes, sentado en la esquina de bulevar Argentino y Donado?
-Cuida que no se arrojen residuos en la vereda del terreno baldío.
-¡¿Y quién lo puso?!
-El municipio, por denuncia vecinal.
La mujer alarmada pregunta: ¿¡Y cada vez que los vecinos denunciemos algo la política de la Municipalidad será poner un guardia?! ¡A diez mil denuncias, diez mil guardias! ¿Así se solucionan las dificultades?
Después la mujer siguió despotricando, con razón, sobre la vergonzante obra paralizada en la avenida de Circunvalación que genera tantos problemas y que no permite, entre otras cosas, que los enamorados puedan ingresar sin ser tan observados a los moteles de la zona. En defensa de la Municipalidad puede decirse que esta charla de barrio sobre el vigilador puesto por la Municipalidad carece de base sustentable, porque de otro modo habría que pensar que algunos organismos internacionales tienen en stock una sobreabundante cantidad de premios que están distribuyendo en los mercados municipales del mundo sin más trámite que el propio obsequio aunque los gobiernos no sean todo lo buenos que dicen ser.
Como quiera que sea, se sabe que esto de pintar pasteles cuando la gente tiene hambre ha dado a algunos políticos y funcionarios de este país buenos resultados.
¿Pero hay una solución para estos desajustes? En un país serio la solución pasaría por las manos de una oposición responsable que mediante actitudes constructivas enmendara lo distorsionado. ¿Cuál es la actitud de la oposición justicialista en el Concejo salvo excepciones? Si el lector las ha visto no las recordará porque sólo vio espejismos. Lo que debe recordar son los afiches del presidente del Concejo, Agustín Rossi, que ya se lanzó a la campaña. Su foto y la del presidente Kirchner y una frase que dice algo así como que tienen el mismo proyecto. Más allá de lo extemporáneo de la campaña, en una sociedad atribulada por problemas que quisiera ver otras cosas en lugar de propaganda, no son pocos los que se preguntan si tal como van las cosas el edil no tendrá que cambiar el discurso.
En fin, un parque se derrumba, pero la ciudad es premiada y la oposición ya comienza la campaña. En efecto, ¡la casa está en orden! O tal vez sólo seguimos viendo los pasteles pintados mientras nos morimos de hambre. enviar nota por e-mail | | |