Elogios para Lifschitz pero sin alianzas con el socialismo

Elisa Carrió asegura que "Rosario está muy linda" y reparte elogios para el intendente Miguel Lifschitz. Cuidando la silueta que la tuvo en enero como protagonista en las tapas de los semanarios políticos y de las revistas del corazón, Lilita sabe que se le avecina una campaña durísima en la Capital Federal, donde, según las encuestas, ganará las elecciones a diputada. Consulta sobre la salud del Papa y narra alguna anécdota sobre el cardenal Jorge Bergoglio, un prelado al que respeta y al que hace algún tiempo le hizo un pronóstico sobre su destino. ¿Tendrá relación con la sucesión papal?

Mientras en las mesas contiguas se arremolinan dirigentes del ARI santafesino, Carrió se entusiasma con su próximo viaje a Jerusalen, antesala del inicio de la tarea proselitista: "Hay analistas políticos que ya empezaron con las operaciones, pero no me importa. La sociedad se empieza a dar cuenta de la verdad de las cosas".

"Como encuestador tengo a un sodero. Me sirve y es una burla a los encuestadores profesionales. Cuando Alberto Fernández decidió en diciembre armar unas encuestas para centrar la disputa (en Capital Federal) entre Rafael Bielsa y Mauricio Macri les estalló Cromañón. Y las tuvieron que bajar porque ya no les convenía", sostiene Elisa Carrió, para quien "la ausencia de programas políticos forma parte de la falta de libertad de expresión en la Argentina. Pero los acontecimientos tienen su semiótica: no se digitan se caen encima. Aunque se diga en voz baja, los egocentrismos de Kirchner y Lavagna los hará eclosionar".

-¿Y a Duhalde cómo lo ve?

-Duhalde es el capo de mafia de la Argentina, es lo más parecido al Padrino I que yo he visto. Familia ejemplar, negocios clandestinos. Duhalde es el capo de mafia que gana en tiempos de crisis. Ahora, que un puntero de Lomas de Zamora termine siendo el elector del país no es un problema de Duhalde, es un problema de la sociedad argentina.

-¿Son distintos Duhalde y Kirchner?

-No, son lo mismo que Menem, o peores. Los niveles de coima hoy son superiores a los que se pagaban en el menemismo.

-¿Que futuro electoral tiene el ARI en la provincia de Santa Fe?

-Es difícil. Rosario es una ciudad disputada por el propio socialismo y nosotros estamos muy conformes con la gestión de (Miguel) Lifschitz. No vamos a hacer alianzas porque los demás no discuten proyectos sino cómo ganar elecciones. En todo caso, en el 2007 colaboraremos para que un espacio de centroizquierda llegue a la Gobernación

M.M.