La Santa Sede aceptó la renuncia de Giaquinta, un obispo crítico

La Santa Sede aceptó ayer la renuncia de monseñor Carmelo Juan Giaquinta como arzobispo de Resistencia (Chaco), aunque no designó a otro prelado para sucederlo.

Asimismo, confirmó que permanecerá en el cargo como "administrador apostólico" hasta que se elija al nuevo arzobispo para esa jurisdicción eclesiástica.

La dimisión del prelado es en razón del canon 401 del Código de Derecho Canónico, que establece que los obispos diocesanos deben presentar su renuncia al alcanzar los 75 años.

Si bien Giaquinta recién cumplirá esa edad el 22 de junio próximo, decidió adelantar ese formalismo alegando "razones de salud", tal como establece el artículo segundo de la norma canónica, aunque oficialmente no se informó cuál es el padecimiento.

La noticia de su renuncia y designación como administrador apostólico fue dada simultáneamente en Roma y en Buenos Aires. También Giaquinta envió una carta a los fieles informando de la decisión de la Santa Sede.

El prelado se caracterizó por la dureza esgrimida a la hora de expresar sus opiniones, sobre todo desde que es presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

Recientemente aseguró que "está bien" que el gobierno y el Vaticano reencaucen la cuestión del obispo castrense, monseñor Antonio Baseotto, pero advirtió que "hay en juego una cuestión muy grave que atañe a todos: ¿la Argentina será una sociedad democrática, o regirá en ella la ley del chicote (látigo)?".

Tras defender al prelado militar porque en su "desafortunada carta no dijo lo que se dice que dijo" (que había sugerido, mediante una cita evangélica, que "tiren al mar" al ministro de Salud, Ginés González García), Giaquinta -ahora emérito- se preguntó si son "sólo sus demonios internos, o hay demonios externos que azuzan" al presidente Néstor Kirchner en este caso.

Nació en Buenos Aires y fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1953. El 11 de marzo de 1980 fue elegido auxiliar de la diócesis de Viedma y recibió la consagración episcopal el 30 de mayo de ese año.

El 16 de junio de 1986 fue trasladado como obispo diocesano de Posadas y el 22 de marzo de 1993 Juan Pablo II lo promovió a la sede arzobispal de Resistencia, de la que tomó posesión a mediados de ese año.

Giaquinta había defendido a Baseotto.