Básquet: Sportsmen apuesta alto

Ya debutó en el club de 1º de Mayo Cal Ferguson, un norteamericano de 2,07 metros

Oscar Lehrer / La Capital

La nueva temporada del básquetbol rosarino que comenzó el pasado miércoles presentó la sorpresa de que Sportsmen Unidos incorporó e hizo debutar a un jugador estadounidense. Se trata de Cal Ferguson, un basquetbolista que está radicado en el país desde hace 13 años. La llegada del moreno es algo que sin dudas favorecerá el crecimiento de este deporte en la ciudad, cuyos simpatizantes no están acostumbrados a poder ver en sus gimnasios a jugadores de esta nacionalidad. La importancia del arribo del norteamericano en este momento se hace más palpable si se toma en cuenta que desde hace cinco años el básquet local no cuenta con una figura de aquel país. Los últimos habían sido Marcus Adams y Eddie Pope, ambos en Ciclón, en la temporada 99/2000.

Recién llegado de Esperanza, donde terminó de acordar su desvinculación de Alma Juniors, en la divisional B de la Liga Nacional, Ferguson estuvo de visita en Ovación y por su estatura (2,07 metros) y color de piel fue la sorpresa de toda la redacción. Con relación a su arribo a este país el basquetbolista comenzó diciendo que "mi llegada a la Argentina fue para jugar en La Unión de Colón, una localidad pequeña de la provincia de Entre Ríos, donde permanecí cinco años. Después pasé por distintos clubes y últimamente hasta hace unas semanas jugué en Alma Juniors de Esperanza".

-¿Cómo se produjo tu arribo a Rosario?

-Vine a esta ciudad para hacer los trámites para nacionalizarme y sorpresivamente me salió esta propuesta para poder jugar en esta ciudad. Tengo un contrato corto, dura solamente hasta julio, aunque el torneo de acá es muy largo ya que termina allá por noviembre.

-¿Te quedarías hasta ese mes?

-Hoy no lo sé. Mi intención sería poder quedarme a jugar todo el campeonato. Lógicamente que como el básquetbol es mi trabajo, tengo que ir a donde más me conviene y es por eso que espero tener ofrecimientos de algún equipo de la Liga, ya sea de la A o del TNA.

-De los países que recorriste, ¿cuál fue el que más te gustó?

-En todos estuve cómodo, pero en particular ninguno me gustó más que el otro. Yo iba a esos lugares a trabajar y mi trabajo es el de jugar al básquetbol. Pero el que más recuerdo es Ecuador, porque ahí jugué en un equipo que ganó la Liga de ese país.

-¿Sos casado?

-Casado y divorciado y tengo un hijo de un año. Los dos están en Estados Unidos.

-¿Qué sabías de Rosario?

-Absolutamente nada. Solamente lo conocía de paso.

-De los clubes en los que jugaste en el país, ¿cuál es el que más recordás?

-Argentino de Junín, porque fue el club con el que llegamos a la etapa final del TNA.

-¿Cómo te recibieron en Sportsmen Unidos?

-Muy bien. Más no puedo decir porque recién llevo dos días en el club y no conozco mucho a la gente. Hay que tener en cuenta que solamente tuve un entrenamiento y jugué nada más que un partido. Tampoco tengo referencias sobre el básquetbol de esta ciudad. Lo cierto es que me quedé porque me interesó el ofrecimiento y yo vine a hacer mi trabajo.

-¿Qué concepto tenés del básquetbol argentino?

-Es un buen básquetbol que tiene muy buenos jugadores. Los resultados que están obteniendo a nivel internacional confirman lo que estoy diciendo. En la competencia interna, la Liga Nacional es muy superior al TNA donde se práctica un juego muy duro.

-¿Qué te llevó a nacionalizarte argentino?

-Como pienso quedarme por un tiempo más, estando nacionalizado podré trabajar mucho más tranquilo y negociar mejor mi profesión, ya que no ocuparía cupo de extranjero.

El interno americano ya jugó en varios equipos argentinos.