| sábado, 02 de abril de 2005 | A la adolescente indignada Estoy gratamente sorprendida, y quería felicitar no sólo a Valeria por la carta a los lectores (miércoles 30) sino también, a su entorno familiar que evientemente le han inculcado valores éticos muy importantes que han contribuido a desarrollar dicha personalidad. Soy madre de dos casi adolescentes y me preocupo, si bien les hemos dado una buena educación, en qué sociedad se van a insertar. Siempre partiendo de la base "no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti", veo jóvenes y "no tan jóvenes" que han olvidado lo que es el respeto por el prójimo. Leo cartas en las que se discute "a muerte" por religión, con el firme convencimiento de que cada cual seguirá con su filosofía de vida. Pero creo importante para poder convivir en sociedad, cuya base es la familia, llegando al vértice de las autoridades que nos gobiernan, que empecemos a concientizar al ciudadano para que conozca sus derechos y respetar los derechos de los demás. ¿Sabe el conductor de un vehículo respetar la senda peatonal y que los peatones tienen prioridad siempre y cuando crucen por la misma? ¿Saben el señor y la señora que sacan el perro a hacer las necesidades a la vereda del vecino, que si bien "la vereda es pública", cada frentista debe limpiarla? ¿Saben las personas que mientras ellos gritan y provocan disturbios en la madrugada, hay gente que descansa para al día siguiente comenzar su jornada laboral? ¿Saben los jueces que otorgan amparos a bolicheros inescrupulosos que así permiten que éstos trabajen sin habilitaciones o sin las más mínimas medidas de seguridad y que frenan el accionar de la Municipalidad? Quizás sería conveniente que todos estos "infractores" pudiesen denunciarse con nombre y apellido, especialmente los que están en la función pública, y que cada caso fuese sancionado. Pero mientras sigamos mirando para otro lado comparto con Verónica que "no se podrá recuperar más esta sociedad".
Silvia Buonamico
DNI 11.127.508
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