| miércoles, 30 de marzo de 2005 | Ya suman cinco los policías presos tras el allanamiento a un desarmadero ilegal Otro comisario detenido en la causa por el desguace de autos robados Manuel Ricardo, ex jefe de la comisaría de Villa Cañás, habría sido el último usuario de un vehículo que apareció quemado y baleado en Córdoba Carlos Walter Barbarich / La Capital Venado Tuerto.- Manuel Ricardo, ex comisario de Villa Cañas y último usuario de un auto que la semana pasada apareció quemado y baleado en las afueras de la ciudad cordobesa de Arias, fue detenido ayer por su presunta participación en un grupo conformado por civiles y policías sospechados de ostentar y negociar vehículos de dudosa procedencia. Con la detención de este oficial ya suman cinco los efectivos santafesinos que están tras las rejas, mientras que la Justicia busca a un sexto efectivo y al dueño de un desarmadero allanado hace unos 15 días.
Según fuentes judiciales, Ricardo quedó detenido cuando llegó a los Tribunales de Melincué para dar cumplimiento a un requerimiento judicial en el marco de la causa que lleva adelante el juez Hugo Perassi. Es que todos los indicios conducen a confirmar que el Volkswagen Polo que el último viernes fue hallado en Arias, quemado y baleado, y que tenía pedido de secuestro por haber sido robado en la localidad bonaerense de Pilar, sería del propio Ricardo. Por ello el oficial quedó incomunicado hasta que sea indagado por el juez.
Según los investigadores, el auto fue quemado para "borrar evidencias" y cuando el policía que lo usaba se vio cercado. Pero antes de dejarlo, y en un sugestivo mensaje, perforaron la chapa con un disparo de escopeta que las pericias determinarán de que arma salió.
La investigación se originó tras el allanamiento a un desarmadero que funcionaba en Suipacha 50, a escasos metros del centro de esta ciudad. Allí se descubrió que funcionaba un impresionante "cortadero" de vehículos cuya procedencia no estaba acreditada. En el lugar se hallaron alrededor de 30 autos últimos modelos y otros 80 desguazados. El presunto dueño del local, identificado por los pesquisas como Sergio Giraudo, permanece prófugo y los investigadores creen que está "aguantado" en la provincia de Buenos Aires, lugar de donde eran la mayoría de los autos secuestrados en el galpón de calle Suipacha.
Tras ello, la policía inició una serie de allanamientos. "Que deriven del hallazgo del desarmadero no quiere decir que los autos de los policías procedan de ese lugar. Lo que sí es claro es que esos vehículos eran malhabidos", destacó una fuente de la pesquisa. Es así como con el paso de los días se produjeron las detenciones del ex comisario de la seccional 2ª de Venado Tuerto, Juan José Asborno y el agente César Barré, ambos imputados de cohecho, asociación ilícita e incumplimiento de los deberes de funcionario público; el suboficial Roberto Nadalini, presunto autor del delito de encubrimiento; y el oficial Walter Blanc, por cohecho y asociación ilícita. Todos ellos habrían usado vehículos robados que entregaban al desarmadero allanado.
En tanto, otro de los policías que la Justicia investiga por su presunta participación, Walter Rubiglio, seguía prófugo hasta anoche aunque fuentes de la pesquisa sospechan que al levantarse el secreto de sumario se presentaría espontáneamente. Rubiglio trabajaba en la comisaría 2ª de Venado Tuerto cuando se produjo el allanamiento del desarmadero y estaría vinculado a los efectivos detenidos.
Desde el lunes, quien entiende en la compleja causa es el juez de Instrucción Hugo Perassi, quien recibió el expediente de su par Correccional y de Faltas Héctor Vitelli. Fue este magistrado el que libró las órdenes de allanamiento que llevaron a descubrir el desarmadero y quien dictaminó la detención de los uniformados. A pesar de que a Perassi le quedó la brasa caliente, ambos jueces trabajan en común.
El último eslabón en este orden fue la detención de Ricardo; quien trabajaba en la seccional 2ª junto a Asborno y otros uniformados detenidos. Horas antes de ser detenido, el comisario Ricardo había sido destinado a un cargo en la Unidad Regional II de Rosario, pero cuando iba a emprender el viaje le llegó la orden de dirigirse a los Tribunales, donde quedó detenido y fue indagado por el juez Perassi.
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