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 domingo, 27 de marzo de 2005  
El artillero de José
Figueroa marcó y es el goleador de la era Pekerman

Sabe que el miércoles próximo, cuando Argentina reciba a Colombia, no será titular. Que la selección A ya está definida, con Saviola y Crespo de delanteros. Pero, ¿quién le quita lo bailado a Luciano Figueroa? Desde que José Pekerman se hizo cargo de la selección no faltó a ningún partido de las eliminatorias. Es más, con Abbondanzieri y Cambiasso fueron los únicos que siempre estuvieron como titulares. Y semejante confianza la devolvió con goles, no sólo por el clave que convirtió ayer en La Paz, sino porque es el máximo artillero albiceleste con el nuevo cuerpo técnico.

Lucho explotó en el Preolímpico de Chile, a comienzos del 2004, pero esa no era la selección mayor. Recién tuvo su bautismo de fuego a mediados del año pasado en un amistoso ante Colombia, en Miami, ingresando en el final y sin que pudiera revertir la derrota por 2 a 0.

Todavía estaba Marcelo Bielsa y el Loco le daría la chance oficial en la Copa América, donde jugó su primer partido por los puntos ante México, también con derrota pero por 1 a 0, e ingresando en el último cuarto de hora. Claro que en el encuentro siguiente tuvo su revancha. Fue titular por primera vez y marcó sus dos primeros goles en la victoria ante Uruguay por 4 a 2. Después jugó dos encuentros más pero no convirtió.

Su explosión en la selección mayor llegaría entonces con Pekerman, otra vez ante Uruguay y por el mismo marcador: 4 a 2 y con dos conquistas suyas. Con la de ayer, sumó 5 en total -con 3 en las eliminatorias-, y aunque seguramente no le alcanzará para mantener el invicto de la titularidad, se agendó otro poroto para que lo sigan teniendo en cuenta y, tal vez, para llegar al Mundial de Alemania el año próximo.


"No tuve un buen partido"
Como cada jugador argentino que había estado corriendo dentro del campo de juego del Hernando Siles, cuando el juez pitó por última vez y fue abordado por los micrófonos no podía ocultar cierta agitación por el esfuerzo que demandó jugar en la altura. Luciano Figueroa no escapó a esa regla pese a que había sido reemplazado minutos antes del final por el Roly Zárate y, como cada uno de sus compañeros, no ocultaba su enorme felicidad por la victoria y por haber sido determinante cuando Argentina más lo necesitaba.

En diálogo con Marcelo Lamberti, de LT3, Figueroa derrochaba alegría pero no por eso dejó de lado la autocrítica. Reconoció que no jugó bien, que estuvo errático, pero así son los goleadores. Cuando hay que meterla, siempre están.

"El gol fue en el momento justo", dijo Lucho, "íbamos perdiendo y necesitábamos empatarlo rápido. Para mí quedaron enganchados dos de ellos y por suerte la metí. La verdad es que estamos muy contentos".

Pasaron 32 años del último triunfo en La Paz y no fue casualidad. Figueroa reconoció que "fue muy difícil jugar en la altura pero demostramos que se puede ganar. El equipo dejó todo para eso".

Cuando se le refirió que con el gol había redondeado al final un buen partido, Lucho no quiso agrandar su mérito. "No lo vi así. Para mí no tuve un buen partido y perdí muchas pelotas. Lo importante fue que llegó un centro al área y la metí en el momento que más lo necesitábamos".

Figueroa sostuvo que el mérito del triunfo fue porque "se jugó un partido inteligente, se metió mucho. Por ahí pensábamos que no íbamos a poder meter por el ahogo, pero lo hicimos todos".
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