Año CXXXVII Nº 48700
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 23/03
Autos 23/03
Turismo 20/03
Mujer 20/03
Economía 20/03
Señales 20/03
Educación 19/03

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 27 de marzo de 2005  
Panorama político
El truco y los corsarios

Carlos Duclós / La Capital

Tal parece que como corresponde a una Semana Santa argentina la casa está en desorden. Se mire por donde se mire la casa está en desorden y lo único que falta es que algún disparatado funcionario salga a algún balcón o asome su rostro por alguna cámara y diga como en aquella recordada Pascua: ¡vayan tranquilos y felicidades!

Pero, ¿por qué está en desorden la casa? ¿No se viven tiempos de crecimiento? ¿Cómo es entonces que la casa no está todo lo ordenada que algunos quieren hacer creer? Veamos un par de ejemplos.

La interna feroz desatada entre el ahora kirchnerista Felipe Solá y las huestes de Eduardo Duhalde no sólo pone en riesgo la gobernabilidad de la provincia más importante del país, sino que los coletazos se sienten en todas partes. En el fondo, y aunque Duhalde intente disimularlo, se trata de una interna entre él y Kirchner. Las recientes declaraciones del inefable personaje y piquetero del presidente, Luis D'Elía, en el sentido de que se alinea detrás de Solá y anuncia que la candidatura de Cristina Kirchner por la provincia de Buenos Aires es un hecho, no son otra cosa que una mojada de oreja para el ex presidente de la Nación. Un Duhalde que, ni lerdo ni perezoso, se alinea con Lavagna en cuanto a política salarial se refiere y sostiene como el ministro que no se pueden conceder aumentos a discreción. Lo interesante del dirigente bonaerense es que utiliza una frase que para el ciudadano analista no ha pasado inadvertida: "No puede repartirse lo que no se produce". La interna perenne entre los políticos argentinos causó y sigue causando estragos en la sociedad. Esta es la primera conclusión del primer ejemplo, entre tantos otros.

Por otra parte, el gobierno no ha manejado con sabiduría sus relaciones con la Iglesia Católica. Las autoridades suponen que pueden manejar la situación con otras instituciones de la Nación y el mundo según los cánones de la interna partidaria. Pero estos jueguitos no son aceptados en un mundo serio que no acaba de entender la "viveza criolla". Por un lado un decreto le quita los atributos a un obispo y por otro lado el canciller dice que no está restringido su ministerio. Conclusión: no se puede estar con Dios y con el diablo.

Tercer ejemplo: Donald Rumsfeld, ultraderechista y amigo de Pinochet, es recibido en nuestro país; el presidente Kirchner busca reunirse con Bush. Pero, al mismo tiempo, invita a un boicot contra Shell, hay abrazos con el presidente venezolano Chávez y se recibe a la ultraizquierdista Hebe que manda al Papa al infierno.

Esta costumbre de jugar a dos, tres o más puntas les ha dado a algunos dirigentes buenos resultados en sus andanzas partidarias. ¿Pero se puede conducir una Nación de tal forma? Está visto que no, porque el mundo no se mueve de acuerdo con los principios políticos argentinos. Por un tiempo se podrá engañar a algunos dirigentes internacionales, pero a un sector del mundo no se lo puede engañar: al de las buenas inversiones. ¿Hay inversiones en la Argentina? No. ¿Cuáles son los países del Mercosur con mayores inversiones? Brasil y Chile ¿Es casualidad? No. ¿Quién vendría a invertir a un país en donde no se sabe quién es quién? Sólo los corsarios decididos a hacerse de riquezas haciendo las cosas a contrapelo de la ley y el orden. ¿No ha sucedido y sigue sucediendo eso en el país? La respuesta la tiene el lector.

La casa no está en orden y mientras sigue entre los líderes criollos el partido de truco y la acción de los corsarios sigue libre de cargos, las consecuencias uno puede observarlas no ya en Tucumán o en las villas de emergencia de la periferia, sino en cualquier esquina céntrica del llamado granero del mundo.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados