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 domingo, 27 de marzo de 2005  
Zona caliente. La Capital recorrió el sector denunciado en varias oportunidades
Los controles en los bares de la rambla calmaron los ánimos
El municipio prohibió poner música y limitó el ingreso

Pablo R. Procopio / La Capital

La madrugada del sábado encontró a la movida adolescente en la zona de la rambla Catalunya absolutamente irreconocible. Varios factores se sumaron para que la zona denunciada por los vecinos dejara repentinamente de ponerles los pelos de punta, gracias a la tranquilidad que predominaba. En la noche anterior, la Municipalidad realizó controles en el boliche Blue Velvet y obligó a que no ingresara más público que el que su capacidad admite. Al día siguiente, esa confitería no abrió. Esto, sumado a la clausura de Soul Parador y a las inspecciones cuerpo a cuerpo sobre los bares de Colombres y Puccio provocó la antítesis de lo que el barrio está acostumbrado a soportar. La Intendencia salió a calmar los ánimos.

Una recorrida nocturna de La Capital sirvió para dar cuenta cómo vivió la zona las horas posteriores al Viernes Santo. A las 2.45 se evidenció que las reincidentes quejas de la gente habían dado sus frutos.

Los habitantes del barrio hicieron denuncias en la Municipalidad, en la policía e inclusive en la Defensoría del Pueblo. Desde que comenzó el 2005, quienes viven en los alrededores de Colombres y Puccio conviven con lo que llaman "un gran boliche a cielo abierto". De jueves a domingo, en esa zona funcionan cuatro bares con barras al aire libre y una disco. "Todos en franca contradicción con las ordenanzas vigentes", advirtieron los vecinos, cansados de no dormir de noche y de que en las puertas de sus casas se desaten todo tipo de peleas o se consumen romances (ver página 10).

Sin embargo, ayer a la madrugada la música de esos bares no sonaba. "Les impedimos que lo hicieran y les hicimos retirar los equipos", confirmó a este diario el director municipal de Inspección, Claudio Canalis. "Como son lugares casi descubiertos, no pueden emitir sonidos altisonantes", sostuvo.

Además de eso, en la jornada anterior, un grupo de inspectores realizó un operativo de "punto fijo" y no permitió el ingreso de más gente que la permitida al boliche Blue Velvet, que está cerca de la zona en cuestión. Al día siguiente, esta disco no abrió. En tanto, Soul seguía clausurada. Lo está desde que un concejal denunció que el fin de semana pasado los clientes triplicaban su capacidad.

Con la Guardia Urbana Municipal (GUM) patrullando el sector, en las últimas horas no se vieron jóvenes tomando alcohol en las calles ni menores en los bares de la costanera y Puccio.

Los bares H2o, Camel, Point Club y Maluhia tenían encargados de seguridad y hasta policías en sus ingresos. Los responsables aseguraron que allí no había menores de edad. Es más, impedían la entrada a los adolescentes que no podían acreditar que tenían más de 18, aun si no iban a consumir alcohol. Los únicos fuertes ruidos que se escucharon fueron bocinazos y los gritos propios de los eufóricos jóvenes de esa edad.
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