Norcorea aterroriza a su población con masivas ejecuciones públicas

Seúl. - La Asamblea Nacional de Corea del Sur escuchó a desertores de Corea del Norte, denunciar la grave situación de los derechos humanos en el norte, donde "incontables" seres humanos mueren anualmente en ejecuciones públicas.

Park Kwang Il, uno de los desertores de Corea del Norte, dijo que aún recuerda las imágenes de prisioneros condenados a muerte a los cuales llenaban las bocas de piedras para que cesaran sus gritos contra el régimen, así como el estallido de tres disparos que pusieron fin a sus vidas.

"Incontables personas mueren cada año en Corea del Norte en juicios y ejecuciones públicas" dijo Park, quien estuvo a punto de ser ejecutado en 1998 antes de huir hacia China. "Muchos eran inocentes, y fueron asesinados por hechos que no pueden ser considerados crímenes".

La situación de los derechos humanos en Corea del Norte volvió a ser noticia de primera plana la semana pasada cuando un canal de televisión japonés difundió secuencias de dos ejecuciones múltiples llevadas a cabo los días 1º y 2 de marzo. Fue la primera vez que videos de ejecuciones públicas en Corea del Norte fueron propalados al mundo, aunque desde hacía mucho tiempo se sospechaba que el régimen comunista realizaba esas prácticas.

Park, nacido en 1974, fue condenado a muerte por mirar una telenovela surcoreana en su población natal, y huyó a China. Dijo que las ejecuciones públicas, llevadas a cabo delante de todos los pobladores de una aldea, eran comunes en Corea del Norte, donde el régimen stalinista se aferra al poder manteniendo a su pueblo en temor constante sobre las consecuencias que acarrean el criticarlo.

El desertor dijo que a un prisionero condenado, tras ser salvajemente golpeado, se le pone una venda en los ojos, y se lo ata a un poste. En su boca se ponen piedras para impedirle que denuncie al régimen de Kim Jong Il. El pelotón de fusilamiento generalmente dispara tres balas, una en el cuello, la otra en la cintura, y la tercera en el tobillo, dijo. El cadáver del ejecutado es entonces envuelto en un trozo de tela y transportado a la fosa. (AP)