Las ferias de libros usados batallan contra las nuevas ediciones

Las fotocopias y el uso de Internet también atentan contra la actividad. Pero siguen siendo una opción

A pesar de las múltiples ediciones que cambian año a año los manuales escolares, el auge de las fotocopias y la costumbre de bajar información de Internet; las ferias de libros usados siguen siendo una buena opción para encontrar los textos necesarios y no dejar el sueldo en el intento. Eso sí: hay que ser paciente, recorrer los puestos y estar atento a las fechas de edición de cada uno de los libros.

Es que la nueva dinámica de las editoriales deja rápidamente obsoletos los manuales o libros de estudio, lo que resulta todo un problema tanto para encontrar los nuevos títulos como para canjear aquellos que se usaron el año pasado.

De todas formas, las ferias de usados siguen atrayendo clientes. Y este año no sólo crecieron en cantidad de puestos, sino también de escenarios. La histórica de plaza Montenegro (San Luis y San Martín) que suma unos 12 stands, y la de plaza Sarmiento (Corrientes y San Luis), con otros 24 espacios.

Ambas comenzaron a funcionar ni bien empezó el mes, pero paros docentes mediante "los chicos recién empezaron a acercarse esta semana", asegura José Luis García, uno de los puesteros de plaza Montenegro. No es para menos, el ciclo lectivo, que debía comenzar a principios de mes, recién se normalizó la semana pasada, luego de una conciliación obligatoria.


Fotocopias e Internet
Pero las medidas de fuerza desarrolladas por los maestros no son las únicas que conspiran contra la actividad. García lleva 20 años vendiendo libros en la plaza cuando "había todo un auge" en torno a la compraventa de libros usados. "Actualmente se vende mucho menos. Los pibes usan Internet para obtener datos e información y las fotocopias se adueñaron del mercado, al punto que ya no trabajamos con estudiantes terciarios o universitarios", señala el librero.

Desde la plaza Sarmiento, Ana María Benítez pinta más o menos el mismo panorama. "Encima, las editoriales sacan materiales nuevos todos los años. Y los profesores piden sólo esos textos, como si los anteriores no existieran", se queja.

Por dar sólo un ejemplo, Benítez recuerda los nombres de las últimas colecciones de Santillana. "Un año sacaron la serie Hoy, después fue Clave, ahora Ideas en la cabeza. Estrada hace lo mismo y Kapeluz tiene Del Soil, 4 Vientos, Del Molino, Convergencia, Del Faro", enumera mientras recorre los títulos contenidos en cajones de plástico de colores.

Los mismos que repasan cada uno de los clientes que se acercan a las ferias. Norma tiene un hijo en 9º año de la EGB y llegó hasta la plaza Sarmiento después de recorrer dos librerías con un listado de 11 textos. "Estoy buscando precios, ninguno baja de los 30 pesos", dice. Su hijo mayor terminó el 9º año en 2003, "pero los libros cambiaron todos y ya no sirven", se queja, mientras se pregunta si es posible que la historia europea antigua se haya modificado al ritmo que cambian las nuevas ediciones de los manuales. "Es una locura" remata.

Andrea tiene el mismo problema. Su hija está en 7º año y necesita comprar unos cuatro libros. "Traje para cambiar los que usó en 6º pero nadie me los toma porque ya se volvieron viejos", se resigna.

Con todo, siempre están los que logran hacer negocios. "Traje el libro de inglés del año pasado y por 8 pesos más me llevo el de este año", dice Mariela, una alumna del primer año del polimodal.

Los precios de los libros dependen del estado de conservación de cada uno. Pero en general se pueden obtener ejemplares que están entre un 40% o un 50% menos que los textos nuevos.

La rebaja del 60% sólo corre para los que están "muy castigados". El canje también es otra opción. Ahí la regla es siempre la misma: 2 x 1.

Y además de manuales escolares se pueden encontrar textos literarios. Desde los "clásicos" por 2 o 3 pesos, hasta la saga del aprendiz de mago Harry Potter por 10.

La ferias de las plazas Sarmiento y Montenegro funcionan de lunes a viernes entre las 8.30 y las 20.30, mientras que los sábados la actividad concluye a las 13.30. Los domingos, los puestos permanecen cerrados.

Con paciencia se pueden hallar buenos ejemplares.