Sufrió un cuadro de hepatitis B fulminante y está bajo cuidados intensivos

Una joven de Firmat espera un trasplante hepático y está en emergencia nacional

Gabriela Farina permanece internada en el ICR

La mamá de Gaby salió de la clínica en busca de una charla con el padre Ignacio. No es para menos: vive, por estas horas, momentos desesperantes. Su hija, de 22 años, espera internada por un implante de hígado en el Instituto Cardiovascular de Rosario (ICR). La jefa de la División de Trasplante Hepático de ese centro asistencial, Fernanda Zingale, confirmó ayer a La Capital que Gabriela Farina "está en emergencia nacional", aunque la médica también consideró que el cuadro que sufre (hepatitis B fulminante) tiene entre un 10 y un 20 por ciento de posibilidades de recuperación espontánea, por lo que la paciente "será reevaluada cuando aparezca el órgano".

Gabriela nació en Firmat y anteayer llegó a Rosario con su enfermedad a cuestas. "Empezó con vómitos y dolores de estómago, pero ya el domingo decía que no estaba bien y nos dábamos cuenta de que a veces se perdía", contó Belén, una de sus amigas.

"Tenía un cuadro típico de empacho", agregó Vanesa. Esta circunstancia, al compás del transcurrir de las horas, fue involucionando. "Cada vez se sentía peor", dijo luego. Por eso, la mamá no se quedó sólo con esa supuesta patología.

Ya el miércoles pasado, la madre dudaba de que realmente tuviera un "atracón", como se pensó al principio. El sábado anterior, Gaby había ido a un casamiento, por lo que creyeron que podía justificar su descompensación.

La joven no mejoraba y su mamá la veía cada vez peor. Finalmente consultaron a un gastroenterólogo, quien le diagnosticó hepatitis B. Gabriela "deliraba, no reconocía su ambiente y repetía frases", dijo otra de sus compañeras inseparables, Verónica.

Gaby fue trasladada al Hospital Italiano de Rosario y luego derivada al ICR. En las últimas horas, su estado obligó a ubicarla en el primer lugar de la emergencia nacional. La espera es tensa.

Hace dos años que se recibió de visitadora médica, pero trabaja en un SPA de Roldán. "Es muy linda", repiten sus amigas, si bien recuerdan que le gustaría hacer "lo suyo" y que hasta bromeó en torno a pedirle ayuda a alguno de los médicos que siguen su estado de salud. En rigor, las últimas reacciones de la paciente fueron un síntoma de mejoramiento.

Al menos, ayer ya no se perdía. "Estamos más tranquilos", aseguraron sus familiares. Pero la paciente permanece internada y aislada.

Verónica la conoce desde que ambas iban al jardín de infantes. "Jamás uno imagina algo así y sólo en esta instancia se toma conciencia de la necesidad de donar órganos", expresó esta compañera que no deja de colaborar con lo que pueda.

Según indicó la jefa de la División de Trasplante Hepático, "es necesario seguir muy de cerca a la joven porque su enfermedad cambia minuto a minuto y, entonces, todo se decide en función de la evolución que tenga en cada momento".

Aunque Gabriela se encuentra en emergencia nacional "todo va a ser reevaluado al momento en que aparezca un órgano y en función de los estudios neurológicos y de laboratorio", dijeron los médicos. Mientras, Gaby continúa estable y hoy, desde las 8 en Firmat habrá una misa y una marcha por la ciudad. Todos quieren que se recupere.

Dos amigas de Gabriela.