| domingo, 20 de marzo de 2005 | Aniversario: Juan Rulfo y los 50 años de una obra maestra En busca de un tal Pedro Páramo La literatura iberoamericana conmemora la aparición de una de sus novelas más importantes Andrea Sosa Cabrios La literatura festeja los cincuenta años de "Pedro Páramo", una de las novelas más importantes de la literatura en español, que transformó a su autor en un mito, sin haber publicado más que dos libros en toda su vida.
El autor, Juan Rulfo (1917-1986), escritor, fotógrafo y alguna vez vendedor de neumáticos, decía que apuntó el primer capítulo de la historia en un cuaderno escolar, en papelitos verdes y azules, con ideas que se le ocurrían en medio de la calle.
Pero llevaba años ensayando el tema, el ambiente y el estilo. Y el resultado fue una novela sin tiempo ni lugar, en la que los muertos confunden a los vivos, y que rompió con todo lo que se había escrito hasta entonces en América Latina.
"Pedro Páramo", cuya primera edición data del 19 de marzo de 1955, "se convirtió, a poco tiempo de su aparición, en un referente obligado de la literatura latinoamericana", dice el especialista Jorge Zepeda, autor de "La recepción inicial de Pedro Páramo (1955-1963)", una amplia investigación que busca desbaratar algunos mitos que se han creado alrededor de la novela.
Junto al interés que despertó, como atestigua el gran número de traducciones que se hicieron en poco tiempo, el libro de Rulfo fue también objeto de críticas enardecidas en México cuando salió de la imprenta, en un contexto de fuerte nacionalismo político y literario.
"Cierto grupo de creadores e intelectuales todavía consideraba ilegítimo que la literatura mexicana se apropiara de las técnicas narrativas de la literatura universal", explica Zepeda. Rulfo, que antes sólo había publicado el libro de cuentos "El llano en llamas", hizo de "Pedro Páramo" una novela desconcertante, a la cual, sucesivamente, pensó llamar "Los murmullos" o "Una estrella junto a la luna". Según Elena Poniatowska, "se llamaba primero «Los murmullos», porque eso es lo que se oye en toda la novela, el rumor de ánimas en pena, que vagan por las calles del pueblo abandonado".
"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera", le hace decir Rulfo a Juan Preciado, al inicio de la novela.
A partir de ahí, vida y muerte se mezclan, el tiempo y el espacio se burlan del lector y se teje desde ultratumba y a retazos la historia de una búsqueda y de un pueblo desolado por la tiranía y el desamor del cacique Pedro Páramo.
"El desconcierto que provoca la novela es uno de sus principales atractivos", señala Víctor Jiménez, presidente de la Fundación Juan Rulfo.
Tres años después de la primera edición, a cargo del Fondo de Cultura Económica (FCE) de México, "Pedro Páramo" ya había sido traducido al alemán. Para 1961 se había publicado también en otros seis idiomas: francés, inglés, sueco, italiano, noruego y danés.
Actualmente, existen ediciones en 35 idiomas, entre ellos en polaco, japonés y en purépecha, una lengua indígena del estado mexicano de Michoacán, en una traducción conocida este año.
Escritores relevantes expresaron su admiración por esta obra, que sólo ocupa un centenar de páginas. Para Jorge Luis Borges "«Pedro Páramo» es una de las mejores novelas de las literaturas en lengua hispánica, y aun de la literatura". Por su parte, Augusto Monterroso consideró que "Rulfo resistió a los rascacielos y se puso tercamente a escribir sobre fantasmas de campo, sobre hombres de campo, pero tan bien, con tanta verdad literaria, que puede decirse que eran los hombres del campo los que escribían a Rulfo". Gabriel García Márquez la consideró "la novela más hermosa que se ha escrito desde el nacimiento de la literatura en español".
"Es un libro que ha influido profundamente la manera de hacer literatura y que continúa resonando en otros libros", escribió a su vez Susan Sontag en el prólogo de la edición en inglés más reciente. enviar nota por e-mail | | |