| domingo, 20 de marzo de 2005 | Alonso casi cae desmayado en el podio Sepang (Malasia).- Acababa de hacer una vez más historia, pero el español Fernando Alonso estaba más cerca de desmayarse que de pensar en festejos al terminar hoy el Gran Premio de Malaisia de Fórmula 1.
La culpa de todo la tuvo un defecto en el sistema de bebida de su monoplaza, que le impidió rehidratarse a lo largo de la hora y media que tardó en llegar a la meta del circuito de Sepang.
Apenas bajó del monoplaza, Alonso sufrió una bajada de la tensión arterial. Inmediatamente después tuvo que cumplir con la ceremonia del podio, donde lo pasó visiblemente mal. "Casi lo pasé peor en el podio que en la carrera", afirmó el español.
La escena fue casi dramática. Con el traje ignífugo, la cara y el pelo completamente empapados en sudor, Alonso comenzó a escuchar con las manos en las caderas el himno español. A mitad de la interpretación tuvo que doblarse y apoyar las manos en las rodillas para sujetarse.
El gesto se repitió varias ocasiones, e incluso fue a más. El final de La Marsellesa, que sonó en honor de Renault, lo escuchó en cuclillas, casi sentado sobre el podio. Después le entregaron el pesado trofeo, que apenas sostuvo unos segundos, y en la tradicional celebración posterior sólo pudo agitar dos veces la botella de champán antes de marcharse a beber más agua.
En la rueda de prensa obligatoria tras la carrera Alonso compareció aún con enormes gotas de sudor. "Fue una carrera muy exigente físicamente, y lo noté en el podio".
La carrera de Malasia se disputó, como cada año, bajo un auténtico infierno. Hoy fueron 37 grados y casi un 60 por ciento de humedad. Dentro del cockpit, con el motor a la espalda, las temperaturas llegan a casi 70 grados. En esas condiciones los pilotos pierden unos cuatro litros de líquido a lo largo de la carrera.
No es la primera vez que algo así ocurre. En 1999 el finlandés Mika Hakkinen terminó tercero en Sepang y tuvo que sentarse durante toda la ceremonia de premios en el podio. El paralelismo podría ser un buen presagio para Alonso, por Hakkinen terminó ese año como campeón del mundo. (DPA)
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