Astrología china: En el año del gallo

El panorama chino del universo está compuesto por tres niveles: cielo, tierra y hombre (este orden influye en todos los seres humanos).

En algunos textos suelen referirse a ellos como tien, di y ren. La preparación de un maestro del Feng Shui requería el conocimiento de las artes del cielo y de la tierra para mejorar la calidad de vida.

El maestro utilizaba los secretos de la ciencia de abajo, o sea de la tierra (el arte del Feng Shui) identificando los elementos, las orientaciones y las disposiciones que debían acompañar a una persona con la finalidad de mejorar el entorno, potenciar la salud y atraer la buena fortuna. Cuando los maestros aplicaban el conocimiento de la ciencia de arriba para descifrar con precisión los designios que el cielo deparaba utilizaban la astrología china.

La suerte del cielo dice cómo somos y también relata que será de nosotros en nuestra trayectoria de vida. También brinda sugerencias para manejar situaciones en el futuro. La teoría se basa en los cuatro conjuntos de "combinaciones triangulares" representado por las "doce ramas" que simbolizan a los doce animales de la astrología china: rata, búfalo, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo.

La combinación de los cuatro conjuntos es:

u Mono, rata, dragón: agua.

u Tigre, caballo, perro: fuego.

u Cerdo, conejo, cabra: madera.

u Serpiente, gallo, buey: metal.

El año del gallo de madera regirá durante el 2005 de nuestro calendario. Tradicionalmente se considera al gallo trayendo una señal oportuna. Su canto marca el inicio de un nuevo comienzo, de un nuevo día, de una nueva etapa. Es la única criatura del zodíaco chino con alas y es visto como el mensajero que conecta los dos mundos: el cielo y la tierra lo cual dará ventajas y desventajas al resto de los animales. El cielo dirá qué le augura a cada animal durante el 2005, sin embargo no debemos olvidar el viejo adagio chino que dice: "Aunque la buena suerte sea gobernada por el cielo, tu destino todavía está en tus manos".

Antonio E. Longo

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