Cine /Crítica

Los estrenos bajo la lupa de Escenario

"En la ciudad", la gente de la ciudad mostrada tal como es
Calificación: 4 estrellas. Intérpretes: Mónica López y Eduard Fernández. Dirección: Cesc Gay. Género: Comedia. Duración: 110 minutos. Sala: Village.

El contar historias cotidianas en el marco de una gran ciudad ofrece tantas posibilidades que se vuelve una opción riesgosa. Sin embargo el director catalán Cesc Gay sale más que airoso en esta propuesta, justamente por ofrecerle al espectador la posibilidad de creer que las acciones, las imágenes fluyen libremente sin su intervención o sin regla alguna. Notables actores y actrices jóvenes, entre los que resulta difícil establecer diferencias dentro de su excelente calidad interpretativa, se suman a esa actitud del director para construir un relato que se presenta intrincado en el comienzo, cuando la película se propone literalmente presentar a los personajes pero que a poco logra una gran fluidez y notable belleza narrativa. "En la ciudad" muestra a un grupo de amigos que entrecruzan sus historias particulares en distintos ámbitos de la ciudad de Barcelona. Dos matrimonios, un divorciado y una particular solterona que finge querer salir de su condición, muestran sus lealtades y traiciones, sus frustraciones y cobardías, sus autoengañosas alegrías y los mitos que son capaces de crear para sobrevivir, en un marco de cuidada, absoluta cotidianeidad.


"Constantine", complot de los ángeles del cielo y del infierno
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Keanu Reeves, Rachel Weisz y Tilda Swinton. Dirección: Francis Lawrence. Duración: 120 minutos. Género: acción. Salas: Village, Monumental y Siglo.

"Constantine" se inspira en una historieta y su protagonista es el sobreviviente de un intento de suicidio. Siguiendo el dogma católico, el destino de su alma era arder en el infierno, pero al regresar a la vida deberá ganarse el cielo persiguiendo a los demonios que viven en la Tierra. En el derrotero de John Constantine, se cruzan demonios y angeles y una policía con una hermana suicida. Como resultado, el filme es un cruce de ciencia ficción, terror y acción, con una estética semejante a un antiguo juego de rol. Los responsables de la dirección de arte pusieron especial atención en fusionar épocas y estilos en una ciudad de Los Angeles que aparece atemporal y decadente en su superficie, y como un grabado de Gustave Doré sobre el infierno, en el subsuelo. El tiempo y el espacio se alteran permanentemente con flash backs. Una batería de estrategias demasiado conocidas —travellings furiosos para los ataques de los demonios, picados y contrapicados para las escenas de posesión— complementan una película que aprovechó el atractivo que supone la difusión que tienen las conspiraciones de los líderes, ya sean de este o del otro mundo.