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Con Marcelo Rossi, economista Universidad Austral

-¿El aumento de precios de los últimos meses anticipa un brote inflacionario?

-No. Esta leve escalada inflacionaria era bastante previsible. Primero porque Argentina no puede escapar a un contexto internacional de inflación mundial relacionado con la suba de algunos commodities, como el petróleo. De todos modos, si uno compara lo que pasa con las naftas en Argentina con lo que pasa en Estados Unidos, ve que acá los incrementos fueron relativamente pequeños. En Estados Unidos la nafta en menos de seis meses aumentó más del 50%. O sea que se veía venir. Sí sorprende la reacción oficial. Está bien que el gobierno actúe de manera preventiva pero no me parece adecuado intentar frenar los precios de manera antinatural.

-¿Pero se van a superar las previsiones de inflación para 2005?

-El gobierno podría haber sido más sutil, aunque en el mismo sentido. No creo que haya inflación muy alta. Podemos llegar a tener inflaciones anuales más altas de las que vimos hasta ahora pero no mayor al 8% anual. Va a haber que estar preparado porque tarde o temprano todos los combustibles se van a ir moviendo para arriba, las tarifas y también los salarios. Toda la economía va a subir un escalón. La clave es que todo este mecanismo de ajuste se haga de la forma más suave posible, para no afectar la reactivación. Un aspecto importante es mantener la conducta fiscal y monetaria. Afortunadamente hasta ahora el discurso del gobierno es más pomposo de las decisiones que se toman.

-¿Influye la política fiscal y monetaria del gobierno en estos aumentos?

-No se puede desconocer que la política fiscal de la Argentina está basada en gravar el consumo. El rol que debería cumplir el gobierno para combatir inflación es sacar el impuesto al consumo para reemplazarlo por otros. Los impuestos que gravan a la nafta son importantes. Va a ser inevitable convivir con un grado de inflación más alto. En 2002 y 2003 la inflación fue menor porque fue frenada por la salida de una recesión muy fuerte. Ahora estamos en expansión, lo cual es en sí inflacionario. Aún con un poco de inflación puede crecer al 6 ó 7% anual. Pero sería importante fijar un camino de recomposición de los costos y precios relativos para que las empresas puedan maniobrar.

-¿Es inevitable que el aumento de salarios se traslade a precios?

-No necesariamente. Si la economía está creciendo en productividad, el salario debería aumentar y no impactar en los costos. Lo que pasa es que en este omento no se está verificando un aumento relevante de la productividad.