| domingo, 20 de marzo de 2005 | Producción. La cadena agropecuaria se reacomoda luego del boom El campo busca un nuevo piso de negocios Hay cautela en las compras pero sin rifar los rindes. La soja sigue siendo el centro y reaparecen los bancos Sandra Cicaré / La Capital Los números del campo se desinflaron en esta campaña pero la sangre no llegó al río. Si bien el productor agropecuario no se desesperó por comprar y actuó con cautela, tampoco puso en riesgo el éxito de su campaña y tomó previsiones e incluso, comenzó a mirar con más interés la oferta bancaria para concretar inversiones de largo plazo.
Con algo de resto de la campaña 2003/2004 -ya que aún hay soja del ciclo anterior sin vender- y una supercosecha en marcha, la trepada de precios del último mes alcanzó, al menos por ahora, para cambiar el ánimo del sector agropecuario. Igualmente, el escenario es distinto al del boom de los años anteriores, lo cual pone en juego estrategias más finas. Un caso es el del crédito bancario, cuya oferta volvió de la mano de un amplió menú de productos destinados a los empresarios agropecuarios. Y de a poco la demanda va respondiendo, no para solucionar problemas de liquidez sino para apalancar la decisión de guardar los granos como reserva de valor.
"Pensar que por los precios bajos el campo es un tomador de créditos es pensar en un sector en crisis que los bancos tendrían que mirar con cuidado", reflexionó el presidente del Banco Bisel, Guillermo Ferraro (ver página 8).
En realidad, la batalla de productos a medida de este sector apunta justamente a lo contrario. "Son el sector más eficiente de la economía", dijo Enrique Cristofani, presidente de Banco Río.
Por caso, los propios fabricantes de maquinaria agrícola reconocen que "el campo se va a mover" aunque con más prudencia que en la época donde la soja superaba los 700 pesos.
Esto no quita la preocupación de los productores porque la presión fiscal no cede incluso en épocas donde cae la rentabilidad y suben los precios de los insumos. "El Ejecutivo tiene que mirar más al campo para darle previsibilidad y no sólo para sacarle plata", se quejó el presidente de Federación Agraria Eduardo Buzzi.
También el reclamo salió de boca de empresarios de punta ligados ligados a la actividad agropecuaria como Francisco de Narváez -hoy propietario de La Rural- para quien "hoy el Estado está en condiciones de ceder al campo parte de lo que le retiró en los últimos tiempos, aunque todo en una medida prudente".
La última edición de Expochacra -que finalizó ayer- fue tal vez el resumen más acabado de todas las cuestiones que atraviesan al sector. Allí los productores se quejaron por las retenciones pero sólo en las charlas informales. En rigor, el descontento no llegó a tanto, al punto tal que soportaron escuchar de boca del vicepresidente Daniel Scioli que el gobierno "invertirá en infraestructura" y apoyará al campo en todo lo posible, sin oir ni siquiera una mención a la reducción de la carga impositiva.
Por otra parte, si bien no llegaron a la muestra con la política del "deme dos" que imperó cuando los precios de los granos estaban en su mejor momento, se concretaron operaciones, y según expresaron los industriales de maquinaria agrícola e insumos, con fuerte voluntad de compra.
En la muestra, una cosa quedó confirmada: el productor argentino -en crisis o no- ya se acostumbró a un piso de profesionalismo en el manejo de su empresa que no está dispuesto a ceder. Sobre todo con los últimos números de la cosecha récord, que atenuaron la caída de las cotizaciones e hicieron más competitiva la ecuación precio-cantidad. Es un caso concreto del efecto de la aplicación de tecnología frente a los ciclos de precios.
Los números para la próxima La mayoría de las empresas proveedoras de insumos aún no arrancaron con las ventas de precampaña para el nuevo ciclo, un buen indicador de cómo ven el futuro los productores, pero ya se arriesgan dar pronósticos sobre cómo será la intención de siembra en los próximos meses. Con varios elementos sobre la mesa, pero especialmente con las cotizaciones de los granos como un factor determinante, auguran un fuerte retroceso del maíz que será ocupado por la soja. También prevén crecimiento del área de girasol y una buena cosecha triguera.
Justo en el momento en que las compañías comenzaron a lanzar al mercado los desarrollos genéticos de última generación para el maíz y el cultivo empezó a sacarle algo de protagonismo a la soja, los precios se plancharon y los planes a futuro torcieron el rumbo.
"Los valores del maíz actualmente están en un bajo histórico y en un punto donde se considera no va a seguir bajando, con lo cual, las decisiones para el cereal para la próxima campaña van a ser pura y exclusivamente por necesidades de rotación, para destinarlo a lotes que vienen muy castigados por soja, buscando cantidad de rastrojo o bien para los ganaderos que lo usen para alimentar animales", reflexionó Eduardo Gargano, de Dow Agrosciences.
"La próxima campaña la determinarán los precios", sintetizó Marco Prenna, subgerente de insumos agropecuarios de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Al respecto, explicó que "los números están siendo favorables para la soja, lo cual es preocupante por la cantidad de hectáreas que se lleva", dijo el especialista.
El mismo escenario plantearon desde el semillero Don Mario, empresa mayoritariamente orientada a los desarrollos en soja. "Se va a hacer maíz para mantener la rotación", explicó Fernando Fontan, del departamento comercial de la compañía, quien explicó que además "los productores que opten por el cereal realizarán siembras tempranas para un mejor control de enfermedades como el barrenador".
A su juicio, "las variedades RR -que la compañía Monsanto lanzó esta campaña- no serán de gran utilidad y sólo les servirá para la zona de tambos".
Recrear ofertas Ante un escenario donde los insumos más caros -como los que demanda el maíz- tendrán menos demanda, las empresas comenzaron a pensar estrategias que permitan fidelizar clientes. Pero también arrancaron con ofertas a la medida de los productores que están demandando productos para hacer frente a la roya de la soja, una enfermedad que llegó para quedarse en los campos argentinos.
Así, presentan opciones integrales que les permitan al productor cubrir buena parte de la cadena, desde la producción hasta la comercialización. Más duras están en relación al financiamiento, luego de la dura experiencia de 2001. "La política de la compañía es que no hay ni habrá financiación propia durante todo el año", señalaron desde Pasa Fertilizantes, de Petrobras.
Por ahora, los pagos siguen siendo a través del canje cereal y en algunos casos, en forma incipiente, con financiación bancaria, explicaron desde la empresa.
Una de las empresas que está retomando la financiación propia es Dupont, que a través de un equipo de trabajo que funciona en sus Servicios Integrales al Productor (SIP) testean las necesidades de los productores. El crédito se paga con canje a cosecha con garantías patrimoniales, explicó Julio Gravano, del área de marketing.
Para captar clientes, la firma lanzó la unidad agrícola (Dupont Agrosoluciones) que "le ofrece un amplio portfolio, no solo en la parte química y de semillas con los servicios que esto conlleva, sino también avanzando un paso más a través de los canjes con acopios que permiten subir un escalón más en la cadena de valor", agregó el especialista.
Desde ACA apuestan a consolidar un nicho que tienen asegurado, el de la producción y comercialización del maíz colorado o flint. "Hay que apelar al ingenio y presentarle al productor una propuesta que cierre en lo económico y financiero", dijo Penna, quien recordó que desde la compañía tienen el plan para el cultivo de este cereal de características diferenciadas a través del cual el productor siembra sin tener que pagar la bolsa de semilla, luego produce con determinadas condiciones de aislamiento, la empresa realiza la trazabilidad del producto y luego lo comercializa a través de ACA.
La compañía cuenta con toda la estructura que le permite garantizar esta oferta. Tiene semillas, agroquímicos, acopios, cooperativas, puertos y áreas de comercio exterior.
Bolsillo vs profesionalismo En los últimos meses los precios de los granos cayeron y las intenciones de compra de los productores también se recortaron. Sin embargo, nada logró recortar las previsiones que pusieran en riesgo la rentabilidad del negocio.
Así funcionaron los productores argentinos durante la campaña 2004/2005. Muchos recortaron el uso de insecticidas o realizaron menos aplicaciones de fertilizantes, el insumo cuyo precio voló junto a los valores del petróleo, pero la mayoría hizo sus previsiones de fungicidas por un eventual ataque de roya.
"Cuando la soja bajó un poco distanciaban los controles con insecticidas, buscaban productos más baratos, hubo una reacción inmediata. Después, con las subas de las últimas semanas cambiaron nuevamente", explicó Gargano de Dow.
Algo parecido ocurrió con los fertilizantes. "El mercado recién se está moviendo, no se hicieron tantas compras de precampaña como el año pasado, ya que en 2004 se arrancó con un precio de nitrógeno más bajo y luego aumentó, con lo cual el productor tomó posiciones antes", dijo un técnico de Pasa. En cambio, "este año arrancamos con precios altos y, por las dudas, espera", dijo.
Pero ante una eventual pérdida de rentabilidad, el gasto no estuvo en tela de juicio. Así, las compañías explicaron que "el productor reaccionó muy responsablemente comprando productos para prevenir la roya", dijo Penna (ACA).
"Los productores están tratando de tomar el tratamiento de roya como un costo del cultivo, como un seguro", apuntó Gargano y aseguró que "será algo que van a tener en sus cálculos de aquí en adelante".
Un tratamiento de roya convencional tiene un costo que ronda un quintal por hectárea y el fungicida si no se utiliza en una campaña puede usarse también para enfermedades de fin de ciclo, e incluso para el trigo.
enviar nota por e-mail | | Fotos | | La soja promete ser la reina en la próxima campaña. | | |